La maldita casualidad, y solo la maldita casualidad, pudo hacer que durante el año 1985 la provincia de Guadalajara tuviera acogidos, entre otros, a dos sicarios de la Guardia Civil participantes en dos crímenes distantes, pero coincidentes.
La maldita casualidad, y solo la maldita casualidad, pudo hacer que durante el año 1985 la provincia de Guadalajara tuviera acogidos, entre otros, a dos sicarios de la Guardia Civil participantes en dos crímenes distantes, pero coincidentes.