La intervención del regulador suizo se ha iniciado a instancia del Partido Pirata, quien ha pedido una inspección del nuevo sistema operativo de Microsoft. Los piratas piden que el organismo encargado de la protección de los datos investigue el tipo de información que Microsoft va a lograr recopilar gracias a Windows 10, el destino que le va a dar a dichos datos, con quién los comparte, dónde se almacenarán físicamente y durante cuánto tiempo. También solicitan que se investigue la creación de perfiles de usuarios.
“En caso de infracción emitiremos una recomendación”, ha dicho Jean Philippe Walter subdirector del organismo suizo que regula la protección de datos. La recomendación puede llegar a aconsejar a las instituciones del país que prohíban la venta de Windows 10 en Suiza. “Si es necesario iremos hasta un tribunal federal”, ha añadido Walter.
El diario suizo Le Temps considera que si los usuarios no reaccionan a tiempo en 20 años la intimidad de las personas, un derecho fundamental reconocido en todos los países democráticos, habrá desaparecido. “No esperemos a que los ciudadanos estén totalmente avasallados por grandes grupos, como Google y Facebook”, añade el periódico helvético.
A la violación masiva de la intimidad por parte de Microsoft se le añade su condición monopolista en el mercado informático, propiciada por su complicidad con fabricantes de equipos (ordenadores, periféricos, tarjetas, programas) que sólo funcionan con equipos que tengan Windows instalado. La solución es eliminar el Windows del ordenador y exigir equipos con sistemas operativos de código abierto al comprarlos.