El último impreso de este tipo data de 1961, durante la Guerra Fría.
¿Dónde están los refugios? ¿Qué alimentos almacenar? ¿En qué fuentes de información confías? Estas y muchas otras preguntas van a ser respondidas en la carta que recibirán los suecos en sus domicilios.
Publicado en 13 idiomas a petición del gobierno, el panfleto se enviará entre el 28 de mayo y el 3 de junio a 4,8 millones de hogares a un total de 10 millones de suecos.
En veinte páginas ilustradas, esta breve reseña describe las amenazas a las que está expuesto el país escandinavo.
“Un conflicto militar en la vecindad afectaría nuestras importaciones de bienes, incluidos los alimentos, incluso si no se extendiera a nuestro territorio”, dijo Christina Andersson, directora de diseño del folleto.
Rusia no se menciona en el fascículo, pero los funcionarios suecos temen un conflicto abierto con la OTAN para cortar la vía marítima de la Alianza Atlántica a sus miembros bálticos. Mientras que Suecia no tiene frontera terrestre con Rusia, los dos países bordean el Mar Báltico y Moscú tiene una base naval en Baltiysk, en la región de Kaliningrado.
En diciembre, una comisión de defensa que reunió a todos los partidos representados en el Rikdsag publicó un libro blanco que describe las orientaciones militares de Suecia entre 2021 y 2025.
“La situación militar se ha deteriorado en Europa en los últimos años, las capacidades militares rusas están aumentando y continuarán aumentando”, dijo el presidente de la comisión, Björn von Sydow, ex ministro de Defensa Socialdemócrata.
La comisión recomendó invertir 400 millones de euros al año en la modernización de los sistemas de defensa militar y civil, para permitir que las personas tengan una semana de almacenamiento de agua y alimentos, y para que el país pueda aguantar un bloqueo durante tres meses.
Suecia, que no ha experimentado una guerra en su territorio durante más de dos siglos, no forma parte de la OTAN, pero suscribe la Alianza Atlántica para la Paz.
El año pasado Suecia anunció el restablecimiento del servicio militar obligatorio, siete años después de suspenderlo, para paliar la falta de soldados.