Stalingrado: 75 años de la tumba del fascismo

Se han cumplido 75 años de la batalla de Stalingrado, la más importante de la Segunda Guerra Mundial y de toda la historia de la humanidad. Stalingrado fue lo que Madrid no pudo: la tumba del fascismo. Comenzó el 23 de agosto de 1942 y finalizó el 2 de febrero del siguiente año.

Con ocasión del aniversario, el viernes el Ministerio ruso de Defensa desclasificó un telegrama del general soviético Konstantín Rokossovski sobre el apresamiento del mariscal de campo Friedrich von Paulus, jefe del Sexto Ejército alemán, quien le regaló la pistola como símbolo de su rendición. Según esa misiva, Paulus se entregó a las tropas soviéticas junto a varios de sus oficiales a las 15.00 del 31 de enero de 1943, tras lo que Berlín ordenó el fin de las hostilidades en esa zona el 2 de febrero tras 200 días y noches de lucha sin cuartel a orillas del Volga.

Además, también publicó documentos originales sobre los dos principales héroes de aquella batalla: Yákov Pávlov y Vasili Záitsev.

En el caso de Pávlov, el informe narra cómo ese sargento en compañía de tres soldados logró recuperar el control de una casa situada en un lugar estratégico desde el que se divisaba toda la ciudad y el Volga. Pávlov, que dio nombre a la famosa casa de cuatro plantas de la plaza Lenin y que se convirtió en un héroe nacional, mató a 90 soldados alemanes y resistió durante todo un mes los contraataques alemanes.

Mientras, en el caso de Záitsev, considerado uno de los más legendarios francotiradores de la historia, mató con su fusil a 225 soldados alemanes entre el 10 de octubre y el 17 de diciembre de 1942.

En julio de 1942 la ciudad que portaba el nombre del dirigente bolchevique, José Stalin, estaba a punto de caer en manos de los alemanes, por lo que Moscú tuvo que movilizar a cientos de miles de reclutas que combatieron bajo un infernal bombardeo alemán. “Es hora de frenar la retirada. Ni un paso atrás”, rezaba la famosa arenga de Stalin a las tropas en julio de 1942.

Los alemanes se vieron empujados a una batalla callejera, una lucha cuerpo a cuerpo en las ruinas de la ciudad, para la que no estaban equipados y en la que su supremacía en tanques y aviones perdió todo valor.

La consecuencia fue que la ciudad de poco más de medio millón de habitantes prácticamente desapareció de la faz de la tierra debido a los bombardeos alemanes y que en sus calles y en los alrededores perecieron más de dos millones de soldados soviéticos y alemanes. Más que una batalla, fue una guerra en sí misma, la más importante que ha conocido la historia.

El viernes Putin viajó a Volgogrado, el nombre actual de Stalingrado, para celebrar el aniversario. Hizo una ofrenda floral en la Sala de la Gloria Militar del memorial de Mamáev Kurgán, una colina que está presidida por una gigantesca estatua de la Madre Patria.

Tras guardar un minuto de silencio en recuerdo de los soldados soviéticos caídos, departió con los veteranos de la batalla, de los que unos 300 aún viven en Volgogrado.

“Siempre nos enorgulleceremos de vuestros logros”, dijo Putin durante el acto conmemorativo. “El destino de la patria, de todo el mundo, se decidió entonces en Stalingrado. Aquí surgió el carácter indestructible de nuestro pueblo, que luchó por cada casa, por la vida de sus hijos. Defendió Stalingrado y salvó la patria”, añadió.

Decenas de miles de personas asistieron al desfile militar en el que participaron 1.500 soldados, algunos vestidos con uniformes de la contienda mundial, y se exhibió armamento pesado, desde los misiles tácticos Iskander a los sistemas de misiles S-300.

Encabezó la marcha el legendario tanque soviético T-34, que hizo estragos en las filas alemanas, y surcaron los cielos de la ciudad medio centenar de aviones y helicópteros.

Entre las delegaciones extranjeras que asistieron a los festejos en Volgogrado figuró una representación del Parlamento alemán.

Putin aseguró también que ese acto de resistencia, la capacidad de sacrificio y la fortaleza espiritual del pueblo ruso en Stalingrado fueron “auténticamente invencibles, insuperables, incomprensibles y terribles para el enemigo” alemán.

Recordó que los nazis habían invadido casi toda Europa y se creían invencibles, pero “fueron derrotados por vez primera en las afueras de Moscú”. “Seguidamente, avanzaron hacia el Volga para tomarse la revancha fuera como fuera. Pero nuestro país se volvió un escollo indestructible para el enemigo. Fue el irreductible Stalingrado”, dijo.

El jefe del Kremlin destacó que los soldados soviéticos convirtieron “en una fortaleza inexpugnable cada calle, cada trinchera, cada casa” de Stalingrado.

comentario

  1. Gracias por hsber publicado en vuestro blog sobre el 75 aniversario en la Batalla de Stalingrado.
    En Donosti-San Sebastian el mismo 2 de febrero tuvo lugar una charla dedicada a este Gran Dia.

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