Sólo el 8,5 por cien de las empresas de la Unión Europea y el G7 han abandonado Rusia, a pesar de las sanciones económicas, informa un estudio suizo publicado el jueves. Algunas empresas aún no han sido sancionadas y otras se mantienen a pesar de ello.
El estudio cuestiona “el discurso sobre un vasto éxodo” de empresas desde el inicio de la Guerra de Ucrania.
Antes de febrero del año pasado, operaban en Rusia 2.405 filiales pertenecientes a 1.404 empresas de la Unión Europea y los países del G7, según los profesores Simon Evenett, de la Universidad de San Gall, y Niccolò Pisani, del IMD de Lausana, un instituto de gestión empresarial.
A finales de noviembre, nueve meses después del inicio de la intervención militar rusa, menos del 9 por cien había vendido al menos una filial rusa, y las salidas afectaban principalmente a empresas estadounidenses, más que europeas o japonesas.
En esa fecha, menos del 18 por cien de las filiales propiedad de empresas con sede en Estados Unidos habían completado la desinversión de sus filiales rusas, frente al 15 por cien de las de empresas japonesas y el 8,3 por cien de las de empresas de la Unión Europea.
“Muchas empresas domiciliadas en estos Estados han resistido la presión de gobiernos, medios de comunicación y ONG para abandonar Rusia desde la invasión de Ucrania”, señala el comunicado de la Universidad de St. Gallen en el que se presenta el estudio.
Varios factores pueden explicar por qué las empresas no han abandonado Rusia. Por ejemplo, su actividad puede no estar cubierta por las sanciones. Otros pueden no querer retirarse debido a la utilidad social de sus mercancías, enumeran los autores del estudio.
Algunos pueden no haber encontrado un comprador a un precio suficiente, mientras que otros, incluso cuando lo han encontrado, se enfrentan a obstáculos que el gobierno ruso puede haber puesto en marcha “para impedir” o “retrasar la desinversión”, y evitar la repatriación de los ingresos.
Pero si el número de empresas occidentales que se retiran “no aumenta significativamente” en los próximos uno o dos años, “podría cuestionarse la voluntad o la capacidad de muchas empresas occidentales de desinvertir en jurisdicciones que sus gobiernos consideran rivales geopolíticos”, argumentan.
120 empresas occidentales habían abandonado Rusia a finales de noviembre. De los que siguen operando allí, el 19,5 por cien son alemanes, el 12,4 por cien estadounidenses y el 7 por cien japoneses.