Sin una producción en masa de bajo costo, los ejércitos no ganarán ninguna batalla

Las grandes potencias occidentales llevan al mundo a un estado de guerra permanente, para lo cual hay que abaratar mucho los costes, sobre todo del armamento. Por eso los economistas están cada vez más presentes en los ministerios de Defensa.

Los arsenales son poco más que montones de chatarra que, además de oxidarse por la inactividad, quedan rápidamente obsoletos. Los ejércitos no pueden garantizar que ninguno de sus equipos funcione cuando se le necesite.

Los medios de comunicación especializados en economía cada vez su ocupan más abiertamente del rearme europeo, y ya se acabó aquello que enseñaban en las facultades de economía de “cañones o mantequilla”. Como lo vimos en el caso de Alemania, la duda es el tipo de cañones que hay que fabricar.

Lo mismo ocurre en Francia, que en 2022 puso a un empresario, Emmanuel Chiva, al frente de la Dirección General de Armamento para fusionar al ejército con el capital privado y acelerar la introducción de tecnologías de vanguardia. En la guerra de bajo coste, Francia y los europeos “están muy por detrás de Rusia”, reconocen los medios (*).

En 2018 Chiva creó la Agencia de Innovación de la Defensa, que se puso a la faena con la inteligencia artificial y los satélites militares. El objetivo no es preparar para la guerra al ejército sino a la economía. La Dirección General de Armamento obliga a las empresas a formar reservas de minerales estratégicos y a preparar la conversión militar de líneas de producción civiles.

Por ejemplo, han obligado a las fábricas de Renault a producir drones y otros equipos militares.

Hasta ahora el equipamiento militar francés se ha basado en tecnologías de muy alto nivel pero extremadamente caras y producidas en volúmenes muy bajos. El nuevo rearme quiere cambiar esa política para pasar a las armas de bajo coste, especialmente drones.

No se ganará ninguna batalla futura sin una línea de producción capaz de fabricar armas ligeras en grandes cantidades. Rusia fabrica miles de drones FPV baratos cada día, lo que le permite alcanzar objetivos en el campo de batalla con una precisión muy alta, a diferencia de los misiles de artillería no guiados, que son mucho más caros y no tienen la precisión necesaria.

Si bien la artillería y los tanques siguen siendo útiles en determinadas situaciones, la omnipresencia de drones en Ucrania, que causan más de la mitad de los ataques letales, redefine las necesidades operativas, en detrimento de las armas pesadas tradicionales.

(*) https://www.lesechos.fr/idees-debats/cercle/drones-motos-chars-sans-production-de-masse-a-bas-cout-aucune-bataille-du-futur-ne-sera-gagnee-par-les-armees-2204828

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