N.B.
Si el derecho a la vida fuera un valor absoluto -y a eso aspiramos los humanistas que no somos teólogos-, no habría más que prisioneros, pero no Historia. Y sucede que la violencia es la partera de la Historia “malgré lui” de los profesionales en rasgarse las vestiduras. Bellos platónicos hay que buscan, de manera idealista pero encomiable, la moral. Pero lo que hay es la doble moral -o doble rasero- para juzgar según y cómo bajo el capitalismo y su fase superior el imperialismo. La moral de la clase dominante habla del derecho a la vida mientras su sistema chorrea sangre por los poros.
Es la anécdota del pirata y Alejandro Magno: porque tengo un bajel, un solo bajel, me llamas “pringao”, mientras que a tí, que tienes cien, te dicen emperador. Lo mío es barbarie y lo tuyo civilización…
Corto y dos veces bueno!!!