La segunda jornada de huelga de los trabajadores del metal de la provincia de Cádiz ha arrancado con concentraciones a las puertas de las factorías, el encendido de fogatas en las carreteras o arcenes, mucha presencia policial y la actuación de piquetes en varias factorías que están impidiendo o dificultando el acceso.
Las concentraciones se producen en factorías como la de Navantia, Dragados o Alestis, custodiados por furgones de Policía Nacional, mientras que la subdelegación del Gobierno ha anunciado una reunión de coordinación entre los diferentes cuerpos de seguridad para estudiar la situación.
Durante la noche unos 40 trabajadores han permanecido encerrados en la planta de Navantia en Cádiz, donde ayer se produjeron enfrentamientos.
En Airbus, sin embargo, la actividad es prácticamente normal. Los trabajadores de Airbus tienen un convenio colectivo propio y no se rigen por el del metal, que es, en primera instancia, lo que ha originado la huelga.
El secretario general de UGT-FICA, Antonio Montoro, asegura que “los paros se han sucedido con normalidad en el turno de noche, así que, como el día anterior, no se ha trabajado en el sector”.
Montoro ha aclarado que su sindicato “no aprueba” los actos vandálicos que se registraron ayer.
También ha añadido que, hasta ahora, la patronal no se ha puesto en contacto con los sindicatos, con lo que la situación de bloqueo continúa, sin acercamiento de posturas.
UGT ha anunciado esta mañana que para retirar las movilizaciones la patronal tendrá que firmar un “documento base” con el acuerdo de todos, que será “imprescindible” para abandonar las protestas.
Las protestas de ayer se saldaron con un detenido e incidentes en el astillero de Cádiz y varias factorías del campo de Gibraltar.
En mi opinión el estado burgués está cambiando de estrategia para imponer sus políticas, que generan un enorme rechazo por muy sanitarias y ecológicas que se pinten.
Después de las medidas políticas de excepción que hemos visto llevarse a la práctica por parte del estado burgués estadounidense y demás satélites, queda claro que necesitan, para intentar darle un soplo de vida más al sistema capitalista agonizante:
1-reducir la velocidad de circulación del capital, especialmente mediante trabas al comercio internacional
2-reducir el coste promedio de sustento de la población, y por lo tanto su precio ( el salario ), mediante una intervención drástica en los hábitos de vida de la población ( encerrar a la población en casa, cierres temporales del comercio, promoción de una vida más austera sin filetes y con duchas frías, etc )
La prohibición directa empieza a causar mucho rechazo, y la población empieza a oponerse, lo cual, a la larga va a suponer que inevitablemente se va a empezar a organizar inevitablemente.
en estos momentos estamos viendo acciones que van en el mismo sentido, pero no son percibidas como imposiciones del estado, sino como acciones populares:
1- En el caso del carbón australiano, que ya había dejado de enviarse a la RPCh por las necesidades económicas de EEUU, es increíble que tres activistas ecologistas, subidos en una grúa, paren la exportación. En una situación normal, les hubiesen bajado a patadas unos guardias y ni siquiera nos habríamos enterado.
2- Boicot a los bares en Europa por parte del feminismo burgués, convenientemente anunciado en los medios burgueses, para protestar contra las violaciones de mujeres en los bares. Al estado burgués, le importa muy poco lo que la población crea estar haciendo y por qué lo cree estar haciendo, con que se deje de salir por la noche y se rebaje el gasto promedio por persona, le basta.
3- En el mismo sentido va la campaña de mostrar repetidamente por televisión casos de violaciones y palizas, que indudablemente se han producido siempre de manera muy extraordinaria, pero no habiendo una situación de inseguridad en estos momentos, retráen a muchas personas, en especial jóvenes, de salir por la noche.
4-Bloqueo del puerto de Triestre, en un momento en el cual se intenta ralentizar la circulación de mercancías entre países. A esto sumamos una huelga del transporte y una protesta en Galicia que consiste en cerrar el comercio y la producción.
Lo que debe hacer saltar todas las alarmas es que sean exitosas y muy difundidas por los medios acciones que tienen el mismo fin que un confinamiento, que no están dirigidas por una organización, ni obrera ni política, de la noche a la mañana, y no digamos el que estén implicados sindicatos subvencionados por el estado.