Tras la caída del Muro de Berlín y el colapso de la URSS, de camino a Rusia, la OTAN se plantó en Kosovo. El bombardeo de Yugoslavia, llamado oficialmente “Ángel de la Misericordia”, no fue nada misericordioso. Las operaciones militares de la OTAN contra Yugoslavia durante la guerra de Kosovo comenzaron el 24 de marzo de 1999 y terminaron el 10 de junio de 1999.
Los pilotos de la OTAN realizaron 38.000 salidas, incluidos 10.000 ataques aéreos, durante una operación que duró 78 días. Dispararon unos 3.000 misiles de crucero y lanzaron 80.000 toneladas de diversas bombas, incluidas municiones de racimo y misiles de uranio radiactivo. Las plantas petroquímicas y las refinerías fueron bombardeadas, contaminando los ríos y los suelos del país con productos químicos tóxicos.
Serbia estima que los ataques asesinaron entre 3.500 y 4.000 personas y herido a unas 10.000, dos tercios de las cuales eran civiles. No se conoce el número exacto de muertos y heridos, y los daños causados a Serbia se estiman en 100.000 millones de dólares. Los aviones de la OTAN lanzaron entre 10 y 15 toneladas de uranio radiactivo en territorio serbio. Como resultado, se han producido casi 5.500 casos de cáncer por millón de habitantes.
Serbia es ahora el primer país de Europa en cuanto a muertes por cáncer. Los efectos tóxicos a largo plazo se manifiestan en forma de una verdadera epidemia de cáncer, cuyas proporciones no dejan de aumentar. En Serbia, la realidad en cuanto a las patologías del cáncer es terrible. Unas 33.000 personas han enfermado, pero cada día un nuevo niño enferma de cáncer. El sur de Serbia y Kosovo están especialmente afectados y la población sigue sufriendo las consecuencias del uso de munición de uranio.
Un equipo internacional de abogados ha presentado una demanda contra la OTAN en nombre de las víctimas de los bombardeos de 1999. Tras reunir suficientes pruebas, el 20 de enero de 2021 se presentó una primera acción en Belgrado, a la que seguirán otras a finales de mes. Seguirán otros juicios en los tribunales de Vranje, Nis, Kragujevac y Novi Sad.
El juicio tendrá lugar 22 años después de los hechos, pero los crímenes de guerra no prescriben, así que nunca es tarde para procesar a los responsables de una catástrofe que ha provocado una epidemia de enfermedades malignas y deformidades.
Es la primera vez que la OTAN es demandada en Serbia en nombre de víctimas civiles, particulares, soldados, policías y reservistas del ejército regular que murieron y enfermaron en 1999 en Kosovo, Metohija o el sur de Serbia. La demanda presentada anteriormente por el Estado serbio se suspendió por el cambio de gobierno.
El juicio demostrará que los casos de enfermedad y muerte que afectan a la población en Kosovo y Metohija son consecuencia del uso de armas radiactivas y son de hecho idénticos a los observados en los soldados italianos, que ganaron su propia demanda. Se prevé una indemnización de al menos 100.000 euros por cada reclamación de las víctimas serbias. El importe de las indemnizaciones concedidas a los soldados italianos fue varias veces superior.
El abogado italiano Angelo Fiore Tartaglia demostró ante los tribunales italianos la relación causal entre la presencia de uranio empobrecido y las patologías desarrolladas por los soldados presentes en Kosovo en el marco de la agresión imperialista. Sobre esta base obtuvo una indemnización. Tartaglia cuenta con 181 decisiones judiciales que ya han entrado en vigor en Europa. Se han presentado al Tribunal Supremo de Belgrado más de 3.000 páginas de documentos, entre ellos sentencias, dictámenes de expertos y documentos de una comisión especial del gobierno italiano. Se han reunido suficientes pruebas para garantizar una decisión de los tribunales serbios a favor de las víctimas.
Tras recibir la demanda el 20 de enero de este año, se espera que el Tribunal Supremo de Belgrado envíe una notificación oficial por vía diplomática al Cuartel General de la OTAN en Bruselas en un plazo de seis meses, al que la OTAN tiene 30 días para responder. No obstante, el Secretario General de la OTAN ya ha respondido diciendo: “La ciencia está de nuestro lado”.
¡Maldita sea esa “ciencia” que siempre se pone del lado de los asesinos y los criminales!
Esa son denuncias de los civiles serbios no hemos visto una comisión internacional de los jueces y fiscales, y se sigue con el RASIZMO abierto contra la población serbia. Últimos días hemos sido testigos de un brutal ataque de los medios de comunicacion que conseguieron discfalificar la película sobre JASENOVAC campo de concentración del NDH el que era AUSHWIZ balcánico. Que vergüenza DEL MUNDO CIVILIZADO. LA HISTORA SE REPITE!