‘Se busca a alguien que luche contra Trump por 2.400 dólares al mes’

Las grandes campañas intoxicadoras de los medios de comunicación forman parte ya del paisaje político internacional. Es una premonición de lo que será la propaganda de guerra en su momento. La última ofensiva son las protestas que recorren Estados Unidos en contra de Trump, dirigidas por grandes intereses monopolistas y orquestadas por los reformistas. Se prepararon al menos diez días antes de las elecciones y su radio de alcance es el mundo entero. Todos están contra Trump porque es un peligro para la humanidad y, desde luego, para Estados Unidos. Nunca un presidente de Estados Unidos había tenido tantos enemigos.

En la prensa de Estados Unidos empezaron a aparecer anuncios con ofertas de trabajo político para “luchar” contra Trump, poniendo al descubierto algo que ya sabíamos desde hace un siglo: que el reformismo está al servicio de los grandes intereses monopolistas y no es desinteresado. Desde siempre los oportunistas son profesionales de la “lucha”, la protesta y la reivindicación. Son el equivalente en la política de los mercenarios en la guerra.

Por ejemplo, en Craiglist apareció un anuncio buscando ese perfil de “luchadores” contra Trump por un sueldo que iba desde los 10,50 a los 17 dólares la hora de “trabajo”, que se puede considerar como un sobresueldo o un complemento adicional del trabajo habitual del “currante”. Por si no se lo creen, aquí tienen la imagen del anuncio:

¿Les parece poco el sueldo para un mercenario de las “protestas” políticas? Aquí tienen otro mucho mejor remunerado: 190 dólares la hora de “lucha” contra Trump, en el que un buen aprendiz de político puede forja sus estratagemas para convertirse en el perfecto vividor de las elecciones, las instituciones, las tertulias y las candidaturas.
Los anuncios están recorriendo todas las ciudades de Estados Unidos, aunque en Nueva York hemos encontrado la oferta laboral que más puede apetecer a aquellos de nuestros lectores que estén en el paro: un sueldazo de 2.400 dólares al mes para quienes quieran dedicarse a tiempo completo a esta gran cruzada mundial contra Trump:
Como ven, la única condición es que te opongas a Trump. Estas ofertas de trabajo son las únicas que no piden curriculum vitae, ni exigen tampoco experiencia previa porque van dirigidas a los jóvenes, sobre todo a esos a quienes los profes han lavado el cerebro en los institutos y las universidades para sustituir la lucha revolucionaria, la única que existe, por las monsergas reformistas, pacifistas y transversales.

Los sueldos oscilan mucho. Van de los 15 a los 22 dólares la hora si el “luchador” es un aficionado que sólo dedica los ratos libres, a los buenos sueldos de quienes se dedican a tiempo completo:

Alguien creerá que es normal que en una campaña electoral se utilice tanto juego sucio y tanta manipulación. Pero las elecciones ya se han acabado, mientras que la campaña sigue.

El voluntariado se ha acabado. Es posible que aparezca una nueva profesión, que se acabará estudiando en la Facultad de Ciencias Políticas de Somosaguas, en Madrid: la de luchador o protestante, ese tipo de mercenarios oportunistas que distraen la atención de la gente con continuas “luchas”. Cuando a un mercenario así le pregunten por su profesión, “¿Usted a qué se dedica?” tendrá que responder: “Yo organizo protestas”. Se refieren a ese tipo de carnavales callejeros, charanga incluida, que son imprescindibles para emitir luego por la tele. Después de la Primavera Árabe llega el Invierno Americano. Todo al estilo Podemos y ONG.

Un tinglado llamado Fightthepower (“Lucha contra el Poder”) convoca una manifestación en el club de golf que tiene Trump en el Rancho Palos Verdes, en California, de la siguiente manera:

“Necesitamos manifestantes anti-Trump para una concentración el 13 de noviembre al mediodía en el campo de golf que pertenece a Donald Trum. Los manifestantes cobrarán 35 dólares la hora, deberán estar dispuestos a permanecer durante al menos 10 horas y verstirse de manera que sean visibles. A los organizadores les remitirán por correo un código de acceso para cobrar el dinero. Los que no puedan enviar el correo a tiempo podrán unirse al acto vestidos de rojo y recibirán un sueldo de 50 dólares si viste de rojo”.
Atención emprendedores: aquí hay un nicho de mercado. Dentro de poco nos encontraremos anuncios buscando gente para organizar concentraciones. Otros pagarán dinero a los manifestantes a tanto la hora, con un plus adicional si tienes que llevar una bandera o una pancarta, que una subcontrata te entregará al comienzo de la misma, así como una partitura con las consignas que tienes que gritar.

¿Quién pondrá la pasta para pagar a tantos “luchadores”?

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