“Se avecina la mayor caída de la historia”, advierte el periódico alemán Deutsche Wirtschafts Nachrichten. Los periodistas del diario recomiendan a los inversores alemanes que liquiden sus activos antes de que sea demasiado tarde. “Los mercados de valores recibirán una paliza imparable”, añaden.
El sistema financiero occidental aún no se ha recuperado de la crisis de las hipotecas de alto riesgo de 2008. La ilusión sólo se mantuvo gracias a la generosidad de los bancos centrales, que orinaban el dinero como si fuera llovia. Tanto es así que incluso acabamos olvidándonos de él. Sobredosis garantizada.
“Los bancos centrales han llegado al ‘punto de no retorno’. Con sus inyecciones de liquidez sin precedentes, han salvado a la economía y al mundo financiero de la inflación, pero al mismo tiempo los han convertido en adictos”.
El periódico especula sobre si se podría haber evitado el naufragio. Hubiera sido fácil, dicen, pero ningún “experto” está en condiciones intelectuales de hacerlo, y mucho menos de evitar la explosión final.
Nadie sabe cuándo ocurrirá el apocalipsis financiero, pero hay dos cosas que son seguras. La primera es que la crisis financiera, por no haber cesado nunca, va a entrar en una nueva fase explosiva, seguramente mucho más mortífera que la anterior. La segunda es que el cataclismo será precipitado por el pánico de los especuladores, alimentado por la prensa convencional.
—https://deutsche-wirtschafts-nachrichten.de/515330/Groesster-Crash-der-Geschichte-Experten-empfehlen-Anlegern-schnell-zu-handeln-um-Vermoegenswerte-zu-schuetzen
Una crisis de superproducción capitalista se manifiesta con una ruptura del ciclo Capital-Mercancía-Capital.
La bolsa no deja de ser un centro para reunir capital, cuya inversión en produccion, producirá un nuevo capital.
De seguro que se va a producir un batacazo en las bosas, pues el capital tiene muchos problemas para reproducirse. Más de un fetichista del papel se va a meter una hostia impresionante, si es que no se lo han cepillado antes a base de jeringuillazos.