El 8 de diciembre de 2024, la República Árabe Siria, junto con la dinastía Assad, se había derrumbado. En su lugar, se estableció el Gobierno de Transición Sirio y surgió una nueva era.
Después de que Irak, Irán y Turquía derrotaran al ISIS en 2017, invadieron el Kurdistán iraquí. Esta medida permitió a las fuerzas turcas expandirse militarmente y establecer muchas bases dentro de las fronteras iraquíes. Ahora, con Assad desaparecido, el estado separatista gobernado por los kurdos de Siria en el noreste tiene un futuro incierto.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en el noreste de Siria viven en una casa construida sobre arena. Como coalición liderada por los kurdos y compuesta por milicias étnicas diversas, tendrán que enfrentarse a la demografía local, que incluye una amplia dispersión geográfica de árabes sunitas, muchos de los cuales simpatizan abiertamente con el Ejército Libre Sirio, respaldado por Turquía, lo que marca el tono para los levantamientos masivos y la activación de agentes encubiertos dentro de sus territorios.
De hecho, gran parte de las propias FDS están compuestas por elementos de quinta columna. Si se produjera una invasión conjunta sirio-turca aquí, probablemente sería aceptada como una guerra de liberación con apoyo local entre la población árabe.
Después de una importante victoria de la influencia turca en el Levante, los funcionarios estadounidenses e israelíes están preocupados por la defensa de un corredor terrestre en Siria, con el fin de evitar que actores regionales como Turquía, Irán y varias facciones islamistas representen una amenaza para Israel y sus aliados regionales, los kurdos.
Algunos han teorizado que Israel y Turquía acordaron dividir Siria, algo similar al Pacto Molotov-Ribbentrop y las ramificaciones que tuvo para Polonia. A pesar de cuyo resultado dio lugar al capítulo más brutal de la guerra en la historia de la humanidad, con decenas de millones de muertos.
De hecho, la Administración Biden está moviendo ficha entre sus servicios de inteligencia y presionando a Erdogan. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, se reunió esta semana con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Yaşar Güler; el director de la CIA, Bill Burns, el secretario de Estado, Antony Blinken, y el de la NSA, Jake Sullivan, también se reunieron con sus homólogos.
«Occidente está haciendo grandes esfuerzos para impedir la operación de las Fuerzas Armadas turcas contra la organización terrorista YPG en Siria. Hay conversaciones continuas e intensas». Pero todo parece indicar que el gobierno de Erdogan tiene ya decidida la toma del norte de Siria.
Fuente: Syria General