Además de los combates sobre el terreno, entre Ucrania y Rusia tiene lugar una guerra en el ciberespacio. Tras casi un año de batallas, los ciberataques se intensifican y tienen como objetivo organizaciones energéticas, comerciales, financieras, de telecomunicaciones, informáticas y de seguridad. Según el Servicio de Respuesta a Emergencias Informáticas de Ucrania (CERT-UA), el año pasado se produjeron más de 2.000 ciberataques. Algunos se detuvieron, otros no.
“El más atacado por los piratas enemigos [rusos] es el sector público, que representa alrededor de una cuarta parte de todos los casos estudiados”, dice CERT-UA.
El 40 por cien de la infraestructura electrónica de la OTAN ha sido paralizada por el grupo de piratas informáticos rusos Killnet, según Mash.
Un ataque DDos ha paralizado el funcionamiento del Comando de Desarrollo de Combate, la Agencia de Abastecimiento, Apoyo y Adquisiciones de la OTAN y los centros de entrenamiento cibernético.
La agencia NCI, que proporciona el sistema de comunicaciones para los responsables de la toma de decisiones y los comandantes de la OTAN, también fue pirateada y se apoderaron de los datos personales de los funcionarios.
Si la Guerra de Ucrania comenzó el año pasado sobre el terreno, la ciberguerra empezó mucho antes. Los rusos ya habían atacado las redes de agua y electricidad, junto con operaciones para aislar al país neutralizando sus sistemas de comunicación.
Una hora antes de la invasión, Rusia lanzó un ciberataque contra la red de satélites KA-SAT, operada por Viasat. Según un comunicado de prensa de la Unión Europea, “el ataque causó importantes perturbaciones en las comunicaciones que afectan a los servicios públicos, las empresas y los ciudadanos usuarios de Ucrania, pero también a varios Estados miembros de la Unión Europea”.
En respuesta a esta ofensiva, la OTAN puso en marcha una estrategia cibernética con un ejército informático para lanzar ataques contra Rusia. Ucrania ha establecido alianzas con Estados Unidos y grandes empresas tecnológicas estadounidenses.
Microsoft ha sido muy activa en estas acciones, pero también Starlink (la red de SpaceX), que ha proporcionado operatividad al mando uraniano.
Sinceramente, no creo que un ejército casi tercermundista sea capaz de paralizar nada y menos aún a una tecnología que es notablemente superior a la suya.
Una enorme, una abismal brecha tecnológica separa al ejército ruso de los ejércitos Occidentales.