Rusia no tendrá que afrontar un segundo frente en el Cáucaso

El año pasado ya hablamos de la creación del llamado “corredor Zangezur”, un proyecto ferroviario apoyado por Azerbaiyán, pero al que Armenia se oponía. Para favorecer la paz con Armenia, el gobierno de Bakú ha pospuesto indefinidamente el proyecto, pero estudia una variante similar con Teherán, que pasa por Nakhchivan y luego va hacia Turquía.

Este cambio de planes ha sorprendido a Estados Unidos,, que contaba con abrir un “segundo frente” utilizando una ruta que pasaría por Azerbaiyán, Armenia y Georgia, para que los países de Asia Central puedan acceder a los mercados mundiales sin pasar por Rusia.

Sobre esta plataforma Washington pretendía empujar a Azerbaiyán y Armenia hacia un tratado de paz que, según el Subsecretario de Estado estadounidense para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, James O’Brien, “podría crear condiciones que permitan al Primer Ministro [armenio] Nikol Pashinyan tomar medidas audaces para romper con Rusia” (*).

El delegado del Departamento de Estado para el Cáucaso no ocultaba que en los últimos dos años la guerra entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave de Karabaj formaba parte de una política de utilización de Ereván contra Rusia.

Ahora Bakú ha decidido dar un giro a sus socios regionales, privando así a Estados Unidos y a la Unión Europea de influencia en el proceso de negociación con Ereván, que ha perdido la oportunidad de unirse al “corredor intermedio”.

La posición de Bakú ha sido apoyada por Teherán, que no oculta su actitud hacia la parte armenia de la ruta Transcaucásica (llamada “corredor de Turan” en Irán), considerando que su implementación es una tapadera para llevar las estructuras militares de la OTAN al norte de sus fronteras.

Los nudos ferroviarios pasan por Turquía

El cambio en las alianzas incluye a Asia Central en el tránsito por el Cáucaso. En cuanto a Turquía, como escribe el periódico turco Cumhuriyet, cree que Aliyev “descarriló los planes estadounidenses de insertarse en el triángulo Turquía-Rusia-Irán”.

El periódico recuerda las recientes incursiones en Kazajistán y Uzbekistán por parte de la Representante Comercial de Estados Unidos, Catherine Tigh, quien abogó por la creación de un nuevo corredor de transporte que conectaría Asia Central con Europa a través del Cáucaso y Turquía, de manera que Uzbekistán y Kazajstán “eviten a China y Rusia”.

Para contrarrestar la Nueva Ruta de la Seda, en 2019 Estados Unidos anunció la propuesta de un Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa. Se trata de una ruta que conecta a India con Emiratos Árabes Unidos por mar, de allí a Israel por tierra pasando por Arabia saudí y Jordania, y luego de regreso a Grecia por mar. Pero el proyecto fue abandonado tras el inicio de la guerra entre Israel y Hamas. Hoy Ankara supone que Washington intentará retomar el proyecto del “corredor intermedio”, pero evitando a Armenia a través de Georgia.

Hay que tener en cuenta que China está construyendo el puerto marítimo de Anaklia, en Georgia, con una inversión de 600 millones de dólares. En este sentido, el periódico considera que Estados Unidos, al socavar el proyecto económico turco “Ruta de Desarrollo en Irak” en Oriente Medio, pretende al mismo tiempo impedir la cooperación de Ankara con Pekín también en dirección al Cáucaso.

La situación en Transcaucasia sigue siendo alarmante

Pero la situación en Transcaucasia sigue siendo alarmante. “La situación en el Cáucaso Meridional no inspira optimismo debido a la creciente influencia de Occidente”, asegura Andrei Serdyukov, Jefe de Estado Mayor de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Según el general ruso, “es especialmente preocupante el alto nivel de contradicciones, debido principalmente a las cuestiones territoriales no resueltas y al deseo de Occidente de aumentar su influencia en Transcaucasia”.

Serdyukov sugiere que el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán puede conducir al surgimiento de nuevas potencias en la región, como Estados Unidos. Armenia anunció recientemente su intención de transformar sus relaciones con Washington en una asociación estratégica. El ejército armenio ha comenzado a recibir asistencia militar no sólo de Estados Unidos, sino también de Francia e India, que persiguen sus propios intereses en la región.

Hoy en día, la vía Transcaucasia es objeto de un creciente entusiasmo diplomático, que sólo confunde los problemas al proyectarlos hacia Oriente Medio. Estados Unidos ya ha perdido una parte importante del apoyo político en Azerbaiyán y no ha logrado generar dividendos reales a Armenia.

Los gasoductos también pasan por Turquía

Lo mismo que Rusia, durante décadas Turquía estuvo suspirando por arrimarse a la Unión Europea y siempre fue despreciada. Ahora es la Unión Europea quien se acerca a Turquía, porque necesita gas y la península Anatolia es una especie de nudo de comunicaciones en el que confluyen varios gasoductos.

La ubicación geográfica estratégica de Turquía, entre Europa y Asia, constituye un activo importante para esta pretensión tradicional de establecerse como un actor esencial en la política regional. Desde Eurasia hasta Europa, pasando por África, Turquía quiere ser un corredor y centro energético clave para este siglo.

La estrategia energética del país se basa en su papel central como ruta de tránsito para gasoductos y oleoductos, que conecta regiones ricas en recursos como la cuenca del Mar Caspio, Rusia y Oriente Medio con mercados europeos ávidos de energía. Esta estrategia se ha visto reforzada por varios proyectos importantes en tramitación, operativos o en proyecto.

Uno de los más notables es el Gasoducto Transanatolio (TANAP), que forma parte del Corredor de Gas del Sur. En funcionamiento desde 2018, TANAP transporta gas natural desde el yacimiento azerbaiyano de Shah Deniz a Europa a través de Georgia y Turquía, contribuyendo así a diversificar las fuentes energéticas de Europa y reducir su dependencia del gas ruso.

Otro gasoducto clave es el TurkStream, que transporta gas ruso directamente a Turquía y el sudeste de Europa a través del Mar Negro, sin pasar por Ucrania.

Además, el oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC) ha sido una piedra angular de la infraestructura energética de Turquía durante más de una década. Transporta petróleo del Mar Caspio a los mercados mundiales a través del puerto mediterráneo de Ceyhan, proporcionando una ruta de acceso crucial para que el petróleo del Caspio llegue a los mercados mundiales.

En la terminal de Ceyhan, el petróleo se transfiere a grandes petroleros, incluidos los Very Large Crude Carriers (VLCC), para su distribución a Europa, Estados Unidos y Asia.

La ubicación estratégica de la terminal en el Mediterráneo proporciona acceso a las principales rutas marítimas, como el Canal de Suez y el Estrecho de Gibraltar, lo que facilita las exportaciones.

Además de su papel en el transporte de petróleo, las operaciones marítimas del oleoducto BTC incluyen servicios integrales de logística y envío.

Esta infraestructura no sólo fortalece la seguridad energética de Europa al proporcionar una alternativa a las rutas controladas por Rusia, sino que también contribuye significativamente a las economías de Turquía, Azerbaiyán y Georgia.

El Proyecto de Gasoducto Transcaspio

Entre los nuevos proyectos energéticos con los que Ankara apuesta para consolidar su papel como nexo energético para Europa se encuentra el proyecto de Gasoducto Transcaspio (TCP), que pretende transportar gas natural desde Turkmenistán a Europa a través del Mar Caspio, Azerbaiyán y Turquía.

Este proyecto puede proporcionar a Europa una fuente adicional de gas no ruso.

En 2022 Rusia propuso establecer un centro de gas en Turquía para reemplazar sus ventas perdidas a Europa, en línea con la ambición de larga data de Ankara de servir de nexo energético, sobre todo con Europa.

Las negociaciones están en curso y las principales instituciones rusas y turcas están trabajando en la hoja de ruta del proyecto.

A pesar de la guerra en curso, el acuerdo de tránsito para el suministro de gas ruso a Europa a través de Ucrania representó 15.000 millones de metros cúbicos (bcm), aunque el consumo total de gas de la Unión Europea fue mucho mayor.

Sin embargo, muchos receptores de gas ruso a través de Ucrania se están preparando para la posibilidad de una interrupción de los flujos a finales de este año, ya que Ucrania está vacilando en la renovación del acuerdo.

Acuerdos marítimos con el Mediterráneo Oriental y Libia

En 2019 Turquía firmó un acuerdo de frontera marítima con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Libia, que demarcó una zona económica exclusiva (ZEE) entre los dos países. Este acuerdo proporcionó a Turquía una posición estratégica en el Mediterráneo oriental, fortaleciendo sus derechos sobre los recursos potenciales de hidrocarburos de la región.

El acuerdo marítimo con Libia también ha fortalecido la posición de Turquía frente a otros actores regionales, como Grecia, la administración grecochipriota del sur de Chipre e Israel, que tienen sus propios reclamos en el Mediterráneo oriental.

Ankara ya ha llevado a cabo varias operaciones de perforación exploratoria frente a las costas libias, como parte de su compromiso de asegurar sus intereses marítimos en regiones estratégicas como el Mediterráneo y, como ya informamos en una entrada anterior, en el Cuerno de África.

(*) https://svpressa.ru/politic/article/428238/

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