El general Lloyd Austin, Secretario de Defensa, es un burócrata obediente y un esclavo sumiso que nunca se había atrevido a levantar la voz, hasta este fin de semana en Halifax, Canadá, donde pronunció un discurso interesante en el que hizo una clara apología del ejército ruso.
“Los rusos tienen un ejército poderoso y sistemas de armas impresionantes”, dijo. Añadió que la Guerra de Ucrania está definiendo los contornos del siglo XXI, una declaración que sigue a la del Secretario General de la OTAN, Stoltenberg, afirmando que una derrota de Ucrania sería una derrota de la OTAN.
Los imperialistas saben que si los rusos logran sus objetivos en Ucrania, sellarán operativamente el declive de las potencias occidentales.
El 19 de octubre, durante su comparecencia en el Senado francés sobre el proyecto de ley de presupuestos para el año que viene, el general Thierry Burkhard, Jefe del Estado Mayor del ejército, comentó que en Ucrania Rusia está desarrollando una estrategia a largo plazo.
“Los rusos están pensando en la continuación de las operaciones más allá del invierno”, dijo. El tiempo juega en contra de los imperialistas. Será un “periodo difícil para la cohesión del campo occidental, porque las palancas de la energía serán utilizadas al máximo por Rusia”, explicó el general francés.
“No debemos desanimarnos”, concluyó.
Por cierto, Jerson ha sido un regalo envenenado de Surovikin al ejército ucraniano, que está maniobrando bajo el constante fuego de la artillería rusa desde el otro lado del Dnieper. Los ucranianos no pueden abastecer a la ciudad de energía, agua ni alimentos. Después de hacer las fotos de rigor, con falsos vecinos que hablan un inglés impecable, el gobierno de Kiev ha pedido a los pocos habitantes que quedan que abandonen la ciudad.