En octubre del año pasado un particular, Ray Sanders, reveló que la Oficina Meteorológica británica se había inventado los datos de temperatura de 103 estaciones de medición. Dichas estaciones, que representan una tercera parte del total, no existen desde hace décadas y los datos se están tomando de otras estaciones “cercanas”. No eran tales datos sino estimaciones y no había manera de verificar la manera en que se habían realizado.
Por si no fuera suficiente, casi ocho de cada diez estaciones realmente existentes no son adecuadas para aportar datos climáticos de acuerdo con las normas internacionales. En algunos casos muestran desviaciones de entre 2 y 5ºC.
Muchos centros de medición está localizados en sitios inadecuados, cerca de aparcamientos, aeropuertos, jardines domésticos, plantas de tratamiento de aguas residuales, subestaciones eléctricas y granjas solares. Sólo 52 estaciones, el 13,7 del total, no muestran ningún margen de error.
Sanders envió una carta al respecto al ministro de Ciencia del gobierno británico, Peter Kyle, que es el responsable de la Oficina Meteorológica (*), pero no obtuvo respuesta.
Las investigaciones climáticas siguen sumidas en el escándalo. En 2009 correos electrónicos de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia mostraron los esfuerzos que hacen algunos climatólogos para manipular los datos de temperatura y suprimir las críticas a las teorías del calentamiento.
Una década después, se descubrió que la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) se inventaba los datos de temperatura del 30 por cien de las estaciones meteorológicas de Estados Unidos.
La desconfianza hacia la recopilación de datos en Reino Unido y Estados Unidos es creciente. Cada vez es más evidente que las tesis dominantes sobre el calentamiento no se apoyan en datos sino en estimaciones, que es tanto como decir que son otras tantas ficciones.
Cuando a cada paso los medios aseguran que las últimas olas de calor son las mayores “desde que hay registros”, se deben referir a esas estaciones meteorológicas que no existen en ninguna parte.
(*) https://tallbloke.wordpress.com/2024/10/31/letter-to-peter-kyle-mp-secretary-of-state-for-science-innovation-and-technology/
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