Reino Unido tiene que abandonar los vehículos blindados tras detectar averías preocupantes

No son sólo los submarinos nucleares. El equipamiento militar del ejército británico cada vez se parece más a un museo de chatarra. Ahora se enfrenta a otro revés en sus esfuerzos por modernizar sus equipos militares. Mientras sigue lidiando con las dificultades logísticas reveladas en las últimas semanas, incluyendo la disponibilidad limitada de ciertos vehículos de transporte esenciales, otro proyecto estratégico se tambalea.

Esta acumulación de problemas está socavando la pretensión de reforzar las fuerzas terrestres y provocando un examen minucioso de los equipos recientes, incluido el Ajax, que pretende representar la renovación tecnológica de Reino Unido.

El Ministerio de Defensa ha ordenado el cese inmediato de los ejercicios de entrenamiento con vehículos blindados Ajax tras una serie de incidentes durante los ejercicios realizados a finales de noviembre. Varios soldados experimentaron problemas relacionados con el ruido y las vibraciones, y se identificaron alrededor de treinta casos entre las tripulaciones implicadas. De los sesenta y un vehículos desplegados, veintitrés se asociaron con lesiones o enfermedades, una proporción significativa para equipos que aún se encuentran en fase de desarrollo operativo.

Ante esta situación, han encomendado una evaluación exhaustiva a la Oficina de Investigación de Accidentes de Defensa, con el apoyo del equipo de seguridad del ejército y General Dynamics, la empresa fabricante de los vehículos.

El ejército espera que este trabajo dure al menos dos semanas y no prevé la reanudación de las operaciones antes de que se lleguen a alguna conclusión. El ministro Luke Pollard insiste en la prioridad otorgada a la protección de las tropas y afirma que se tomarán todas las medidas necesarias si las anomalías persisten.

El futuro del Ajax sigue siendo incierto, ya que Reino Unido ha comprometido casi 6.300 millones de libras esterlinas para la producción de 589 unidades. El secretario de Defensa, John Healey, quiere revisar los resultados de las diversas investigaciones antes de tomar una postura definitiva.

Es posible que las conclusiones conduzcan a una revisión del programa, o incluso a medidas más radicales si se confirman las deficiencias técnicas. Healey señala que el ejército no depende de este vehículo para cumplir sus misiones inmediatas, lo que deja varios escenarios abiertos. “En cualquier caso, el ejército podría combatir esta noche sin usar el Ajax”, concluyó. ¿Volverán a desplazarse las tropas en caballos?

El ejército británico intenta demostrar que es capaz para mantener una tropa operativa y debidamente equipada, pero cada vez hay más dudas. Las dificultades encontradas en el blindado, sumadas a los problemas con la disponibilidad de otros equipos, ponen de relieve que, como otros ejércitos europeos, los británicos sólo son capaces de enfrentarse militarmente a países mucho más débiles.

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