¿Quedarán los europeos comprometidos con las decisiones nucleares del Presidente de la República francesa?

El 14 de febrero el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo que Europa debería esperar que la presencia de tropas estadounidenses en el continente no durara siempre. Esa presencia, como anunciamos en una entrada reciente, comprende el “paraguas nuclear”, sin el cual los países europeos se sienten desnudos.

El protectorado estadounidense se ha acabado y los países europeos buscan otro padrino que los arrope por las noches, como Francia, que tiene una disuasión nuclear independiente, al menos en parte, porque los componentes proceden de industrias estadounidenses.

En cuando a las ojivas nucleares británicas, también son de origen estadounidense, lo mismo que su mantenimiento.

Aparentemente puede dar la impresión de que la extensión del “paraguas nuclear” interesa a Alemania y que resultaría una carga para Francia. También puede parecer que es una muestra de la buena sintonía entre ambos países.

No es así. El objetivo de Macron es posicionar a Francia como la primera y principal línea de defensa de Europa, antes de que Berlín pueda asumir ese papel. Pero los franceses no solo buscan capital político, sino también capital monetario: la fuerza de disuasión nuclear de Francia está obsoleta, necesita ser renovada y, en consecuencia, dinero, algo que Francia no tiene.

Lo que Macron exige es que los demás Estados europeos contribuyan a financiar la renovación de la fuerza nuclear francesa, que formaría parte de la retórica propagandística acerca de la “defensa europea”. Si hay que rearmar a Europa, también hay que hacerlo con fuerzas nucleares, y sólo hay un país en la Unión Europea capaz de hacerlo: Francia.

Pero los charlatanes de la “defensa europea” no han meditado suficientemente lo que supone reunir urgentemente un Consejo Europeo con su Presidente, a la Presidenta de la Comisión y a 27 Jefes de Estado y de Gobierno para decidir por una mayoría cualificada si van a declarar la guerra a Rusia o van a disparar armas nucleares sobre el Kremlin.

Quizá fuera mejor que el Presidente de la República francesa tomara tales decisiones, comprometiendo así a toda la Unión Europea. Por lo demás la decisión, además de unilateral, sería irreversible.

De hecho, durante su intervención radiofónica y televisiva del 5 de marzo, Macron reafirmó su monopolio, algo que es tradicional en la historia política de Francia desde los años cincuenta.

Fue una de las razones que llevaron al general Charles de Gaulle a designar al Presidente de la República por sufragio universal directo. Se trata de decisiones trascendentales que ni siquiera necesitan el refrendo del Primer Ministro.

En Francia, el Presidente de la República es competente para declarar la guerra, aunque esa decisión debe ser respaldada luego por el Parlamento. En otras palabras: para declarar la guerra, el Presidente necesita la confirmación del Parlamento. Sin embargo, no necesita a nadie para disparar armas nucleares contra Rusia.

¿Alguien en su sano juicio cree que va a pedir una reunión previa del Consejo Europeo antes de disparar?

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