¿Por qué Sarkozy se empleó tan a fondo contra Gadafi?

Darío Herchhoren

La caída de Muammar Gadafi a manos de la potencias democráticas (recuerdo a Trinidad Jimenez ministra de AAEE de España, escandalizada porque Gadafi atacaba a su «propio pueblo») significó un punto de inflexión en la larga historia de intervenciones en África, y especialmente de Francia.

Libia era en tiempos de Gadafi el país donde mejor se vivía de toda África, incluyendo a Sudáfrica. La mejor sanidad pública, educación gratuita, viviendas baratas para los trabajadores, obras públicas de importancia como el riego en zonas desérticas donde se recogían cosechas de trigo y frutales, y sobre todo una proyección de Libia en la política africana, que amenazaba la hegemonía francesa que controlaba- y controla- a través del mercado común de África del sudoeste y de su miserable moneda el franco CFA, a lo que fuera en su momento el África occidental francesa.

La cada vez mayor influencia que Gadafi y Libia tenían sobre la Unión Africana, estaba poniendo en peligro la propia existencia del franco CFA, o franco africano manejado desde el Elíseo en París y este es el motivo fundamental del por qué Sarkozy el entonces Presidente Emperador de la República Francesa pone tanto empeño en acabar con Gadafi.

Muammar Gadafi, a pesar de sus extravagancias y sus incoherencias en materia política, estaba preparando lo que sería un golpe mortal contra el mercado de África del sudoeste, que abarca 16 países con 250 millones de habitantes, con la creación de un nuevo mercado que iba a abarcar a los paises africanos del norte de África, y a los susaharianos, y que iba a tener una nueva moneda, que iba a ser el dinar africano, con respaldo de oro que iba a ser depositado en el Banco Nacional de Libia en Trípoli.

Si esos planes de Gadafi se hubieran llevado a la práctica hubiera significado el mayor golpe de la historia que hubiera recibido el imperialismo francés en África desde el siglo XVIII. Pero para eso los países africanos debían repatriar sus depósitos en divisas que estaban en el Banco Nacional de Francia, y esto el gobierno francés no podía tolerarlo, so pena de que temblaran los cimientos de la propia economía francesa.

Los países del mercado común africano tienen depositados en bancos franceses (BNP Banco Nacional de París y Banco Nacional de Francia) más de 600.000 millones de euros, provenientes de las exportaciones de materias primas como el petróleo, el gas, los diamantes, el coltan, el cobre, el oro, la bauxita, la plata, y materias primas como los anacardos, los mangos, los plátanos, el café y el cacao.

Todo ese inmenso comercio y el manejo de los capitales que este genera están en manos francesas, y si el proyecto de Gadafi prosperaba todo lo anteriormente expuesto pasaría a manos de los gobiernos africanos. Era demasiado para Francia y para Sarkozy. ¿Qué se creen esos negros?, ¿cómo se atreven a separarse de nosotros, con todo lo que hemos hecho por ellos?

Seguramente que esas son las preguntas que se hicieron los demócratas franceses. Es realmente enternecedor ver la preocupación que tienen los imperialistas cuando se trata de proteger los derechos humanos. Sobre todo cuando son los propios. Es un derecho humano explotar salvajemente a un continente entero; es un derecho humano el robar el dinero de los africanos y en fin es un derecho humano el someter durante siglos a los pueblos de Africa.

Todo ese andamiaje estaba en peligro si Gadafi conseguía sus fines. Para acabar con él, era necesario desacreditarlo aireando sus extravagancias tales como que vivía en una «jaima» aunque con aire acondicionado ( Ya se sabe que un africano no puede tener calor; está acostumbrado a él) su guardia de jóvenes y bellas mujeres; su afición a portar pistolas de oro del calibre 7.65; sus regalos de caballos árabes pura sangre.

Recordemos que el inefable Aznar recibió uno de ellos. Y luego de todo ello, había que denunciar la falta de libertades que había en Libia, las persecuciones, torturas, falta de democracia, la existencia de un partido único, luego de todo ello el coro de imbéciles que como hemos visto en Madrid pintaban en las paredes «Otan no, Gadafi tampoco». Y para rematar la faena fabricar una oposición democrática que se levanta en armas contra el tirano, y los infaltables bombardeos democráticos para acabar con él. Moraleja: la intervención de los demócratas de la Otan, y especialmente de la aviación francesa, han destruido Libia, han ocasionado la muerte de ms de 50.000 seres humanos, y la desmembración del país que hoy tiene dos «gobiernos»; uno en Trípoli y otro en Bengassi.

Hace pocos días fue liberado el hijo mayor de Gadafi Seis al Islam Gadafi, y parece que hay posibilidades de reunificar el país bajo el mando de militares gadafistas y del liberado Gadafi hijo. Veremos ahora lo que dirán los maravillosos tertulianos. Y que se preparen los de Elf Aquitaine y los de Total; las petroleras francesas.

comentario

  1. En libia había una democracia real no como en España que hay timocracia. Asambleas ciudadanas no como la mafia podemita del estado del "elegido" Pablo iglesias.

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