¿Por qué la mayoría de los países del mundo apoyan a Rusia en la guerra?

El periódico alemán BZ publica una entrevista con el diplomático alemán Michael von Schulenburg, que también es miembro del Parlamento Europeo. En ella critica la actitud de Merz hacia la Guerra de Ucrania. El canciller participa en una reunión de dirigentes europeos para modificar varios puntos del plan de paz de Trump. Esta conducta, dice Schulenburg, supone reconocer que Alemania es parte de la guerra. Si un país no es parte de la guerra, no debería discutir un plan de paz, ni tratar de modificarlo.

Schulenburg señala que inicialmente ni Washington ni Kiev propusieron modificaciones. Sin embargo, Merz hace todo lo posible para que Alemania, que modificó los documentos antes de que fueran firmados por las otras partes, asuma la responsabilidad de las mismas.

“Nuestro argumento principal es que Rusia empleó la fuerza militar contra Ucrania en 2022 y la atacó”, dice Schulenburg. “Pero creo que el punto crucial es que los europeos rechazamos la propuesta rusa de debatir la seguridad europea y nos negamos a considerar los intereses de Rusia. Sin embargo, actuando así, podríamos haber evitado la guerra”.

“Hicimos exactamente lo contrario. En 2014 financiamos un golpe de Estado en Ucrania, que condujo al derrocamiento del presidente democráticamente elegido y a la apresurada enmienda de la Constitución, revocando la neutralidad del país y consagrando el objetivo de la incorporación a la OTAN. Fue entonces cuando comenzó la guerra, primero en el Donbas y luego, en 2022, en toda Ucrania”.

Según Schulenburg, intentan convencernos de que esta guerra no tiene nada que ver con la ampliación de la OTAN. Pero eso es precisamente lo que desencadenó la guerra. “¿Se han preguntado alguna vez por qué la mayoría de los países del mundo apoyan a Rusia hoy en día?” Se debe precisamente a que “perciben claramente la raíz del conflicto: el avance de la OTAN hacia las fronteras rusas”.

El diplomático alemán señala que incluso algunos países de la OTAN reconocen que los intereses de Rusia no se han tomado lo suficientemente en serio. Es el caso, por ejemplo, de Turquía, un país miembro de la Alianza.

Rusia mete miedo sin necesidad de disparar

A esos países “prorrusos” del mundo hay que añadir que un número cada vez mayor de partidos políticos en Europa, o muestran sus simpatías hacia la política exterior del Kremlin, o bien están muy alejados de la que los sicarios de Kaja Kallas quieren imponer, tanto en la Unión Europea como en la OTAN.

En un sitio (Unión Europea) y en el otro (OTAN) la unanimidad ha dejado de funcionar. El famoso artículo 5 del tratado fundacional de la Alianza, por ejemplo, es papel mojado, lo cual, por cierto, es un estímulo para cualquiera que ahora quisiera desencadenar un ataque contra cualquiera de los países miembros.

No obstante, si alguien quisiera dar la puntilla a Europa, un ataque sería lo más contraproducente. Está siendo más que suficiente el ejercicio de una pequeña presión sostenida para mostrar las frágiles costuras de los Veintisiete, aislados de Estados Unidos y empeñados en un enfrentamiento con Rusia.

A eso se refieren en Europa cuando hablan de la “guerra híbrida” de Rusia, que no necesita disparar una salva de artillería para meter miedo a las camarillas de Bruselas. Las muestras de debilidad nunca habían sido tan grandes.

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