Pero lo del diario “El Español” de Pedro J.Ramírez es una pasada. Hoy publica una noticia del año 2008, es decir, con ocho años de retraso. Se titula “De volar el metro de Barcelona a hundir el ferry de Algeciras: los planes del yihadismo en España” (1) y no es más que una recopilación de viejos proyectos y malas intenciones de los yihadistas detenidos en España desde hace 21 años.
Salvo en los atentados de Atocha (11 de marzo de 2004), en el balance de la policía no hay otra cosa que muy malas ideas: las peores que un yihadista es capaz de imaginar. Desde hace 12 años han pasado por los calabozos 639 detenidos con un nutrido botín de humo y de elucubraciones abyectas que, gracias al celo policial, no pudieron llevar a cabo.
¿Cómo se entera la policía de las malas intenciones de los yihadistas españoles? De la manera más rocambolesca que cabe imaginar: porque se lo cuenta un testigo protegido (2), que es como el chocolate del loro de Radio Macuto y el CSI juntos. En este país no hace falta nada más para que la policía desencadene la típica “operación” (antes llamada redada masiva), el juez envíe a cientos de personas al agujero y la prensa llene las primeras planas, con titulares tan rocambolescos como éste:
Los yihadistas son como los matones: amenazan a todo el mundo, por lo que no es ninguna sorpresa que también amenacen a España, pero no sólo una vez, sino de manera repetida:
Los
yihadistas lanzan otra amenaza a España… y ya van 23 en 2016, tantas
como en todo el año anterior
(Voz Populi, 28 de abril de 2016)
Lo peor es que quieren reconquistar lo que ya estaba reconquistado: su querida y añorada Al-Andalus. La venganza por lo que ocurrió en Granada en el siglo XV puede ser terrible:
A ello debemos sumar que el Califato Islámico ha empezado a publicar vídeos en castellano. Las amenazas son peores en castellano que en árabe porque ponen de manifiesto su intención de actuar, tanto en España como en América Latina en un futuro:
Este tipo de “informaciones” es un goteo continuo de falsedades, un verdadero lavado de cerebro a escala mundial para incrementar el control sobre la población, instaurar un estado policial y justificar las agresiones militares en Oriente Medio y el norte de África.
Pero lo mejor del libelo de Pedro J.Ramírez es cuando alude a un informe del Real Instituto Elcano según el cual la mayoría de los detenidos en las redadas yihadistas “tiene nacionalidad española y pocos conocimientos del Islam”. Es un misterio típicamente teológico: si conocen poco el islam, ¿cómo se les puede calificar de yihadistas? Si son españoles, ¿cómo van a reconquistar Al-Andalus?, ¿presentándose a las elecciones con un partido propio?
No obstante, este tipo de “noticias” no hay que echarlas en saco roto. Tanto va el cántaro a la fuente que acaba rompiéndose. Tanto anunciar las malas intenciones de los yihadistas, en algún momento tienen que hacerse realidad. Son como el argumento de San Anselmo o las profecías que se cumplen a sí mismas.
Por nuestra parte, nosotros no nos conformamos con vaticinar que la profecía se va a cumplir sino que añadimos que ocurrirá en Barcelona; si no es en el metro será en la basílica de la Sagrada Familia. Tomen nota.
(2) http://elpais.com/diario/2008/01/26/espana/1201302001_850215.html