La concejala, que se hace llamar «Marisol La Roja» en las redes sociales, es coordinadora del área homosexual de Guanyar Alacant, una coalición integrada por Podemos, IU y otros colectivos. Utiliza un lenguaje muy florido porque es licenciada en filología árabe.
Dice del rey Bobón que «este hijo de puta ha matado a un ser que, en muchos aspectos, es mejor que los humanos… aunque claro, que se puede esperar de un tío que disparó a su propio hermano y lo mató».
Al rey incluso le mete en el mismo grupo que a Joaquín Sabina, Andrés Calamaro o Toni Cantó, a los que califica como «homínidos inconscientes y poco evolucionados».
En el blog escribe contra la policía española: «Son como borregos adiestrados que pegan con impunidad a las mujeres». Al anterior Consell de Valencia le llama «puto gobierno pepero de Valencia» y del público presente en la plaza de toros de Pamplona dice: «Mirar estos hijos de puta… una bomba os tiraba yo a vosotros».
Al subir la imagen de una campaña contra la tauromaquia escribe: «No me da la gana que mis impuestos subvencionen asesinatos. A no ser que sean los de los políticos». Su propuesta es la de utilizar las subvenciones destinadas a los toros para «asesinar políticos».
En plena campaña de las elecciones autonómicas escribió sobre la presidenta andaluza Susana Díaz: «Qué ascazo, ignorantes, gobernantes de mierda… una buena gobernante ha de ser consciente de su posición en el mundo, consciente del privilegio que marca su especie y del poder que genera con respecto a las demás especies».
Según ella, «hay que ser muy inepta, egocéntrica y ridículamente antropomorfista para que, como gobernante, se abogue por las escuelas que enseñan a maltratar y ratificar esa visión androcéntrica del ser humano».
Se debería cuidar de ella, pues gente así de honesta y valiente vale mucho. Pero el pueblo cagón es incapaz de poner sobre sus hombros las mejores cabezas y también es incapaz de cuidar de sus baluartes. Está irreversiblemente disminuido para muchas cuestiones, entre ellas la política entendida como el arte de hacer posible lo que convenga y de ahí que sea exclusivamente el enemigo el que realiza su voluntad sobre los pueblos, guiado por mezquinos intereses plutocráticos y el falso humanismo con que se forman peones titulados mono-disciplinados en las universidades. No es de extrañar que después existan tantos trepas.