En un comunicado de prensa, el monopolio no esconde su objetivo: “Al acceso a reservas y recursos de más de 500 millones de barriles equivalentes de petróleo, una participación inmediata en la producción de alrededor de 50.000 barriles equivalentes de petróleo por día y un importante potencial de exploración en el área de concesión de más de 53.000 kilómetros cuadrados en la prolífica cuenca de Syrte”.
Las concesiones de Waha, que gestiona al 100 por cien la empresa petrolera nacional libia Noc, producen actualmente alrededor de 300.000 barriles diarios de petróleo, pero la producción podría aumentar a 400.000 barriles en la próxima década con una mejora de las instalaciones existentes y la reanudación de la perforación de desarrollo.
Las concesiones Waha son ahora un 60 por ciento propiedad del Noc, un 16 por ciento de Total y otro 8 por ciento de American Hess Corporation.
Total ha estado presente en Libia desde 1954, donde produjo 31.500 barriles diarios el año pasado en los bloques “offshore” de Al-Jurf, propiedad de los franceses en un 37,5 por ciento y la zona de El Sharara, dos extensiones de tierra donde tiene el 15 y el 12 por ciento respectivamente.
Quizá ahora se entienda un poco mejor en papel estelar del imperialismo francés en la Primevera Árabe y el asesinato atroz de Gadafi en 2011.
¿Quienes fueron los primeros en llegar a Libia tras el asesinato de Gadafi? No fue la OTAN, ni el criminal de Sarkozy, ni Obama. Fueros los capataces de Total.
Los imperialistas quieren el petróleo libio, pero no quieren a sus refugiados. ¿A quién le importa que por encima del suelo Libia sea una ruina? Para algunos lo interesante es que por debajo corren ríos de oro negro.
En 2011 los sicarios de la OTAN anunciaron la creación AGOCO, una nueva empresa petrolera cuyo primer anuncio fue advertir que quienes no hubieran sostenido activamente el Golpe de Estado contra Gadafi, no tendrían su parte en el botín petrolero.
Rusia se quedó resignada. China perdió sus 50 proyectos y 36.000 puestos de trabajo. Lo mismo le ocurrió a Brasil.
Pero AGOCO prometió un pedazo del pastel a Total que hasta ese momento era marginal en Libia: un 3 por ciento del maná petrolero hasta 2011. Después del Golpe de Estado, los que mejor entendieron la nueva situación fueron las bolsas: las acciones de Total crecieron un 4 por ciento. Las del monopolio gasístico GDF-Suez, también francés, mejoraron un 5 por ciento…