Iglesias de definía como un patriota al que no le gusta que haya militares de otros países sobre su territorio, concluyendo: “Creo que la OTAN nos hace correr un riesgo”.
Un año después su opinión ha cambiado también en este punto. Ya no es tan patriota sino más bien europeísta. Dice que no se trata de abandonar la alianza imperialista sino “reformular” sus funciones para dotar a Europa (y a España) de una mayor autonomía estratégica en su seno, profundizando la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESC).
Es el criterio del general Julio Rodríguez, su último fichaje para encabezar el Ministerio de Defensa cuando Podemos gane las elecciones. En 2009 Rodríguez, durante un curso de la Universidad Menéndez Pelayo impartido para celebrar el 60 aniversario de la alianza imperialista, la calificó como “irremplazable”.
Dos años después el general dirigió los bombardeos de la OTAN contra Libia, por lo que el general de Podemos tenía razón: hay masacres para las que la OTAN es irremplazable.
El 4 de noviembre, al mismo tiempos que se anunciaba su fichaje, el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, coincidió en Zaragoza, uno de los lugares donde se celebraron las maniobras Trident Juncture 2015, las más importantes desde 2002, celebradas en los países del sur (Portugal, Italia, España) para renovar los mecanismo de acción rápida de los imperialistas.
Ambos acontecimientos en Zaragoza estuvieron acompañados por manifestaciones contra la OTAN y la visita de Stoltemberg, por lo que es más que obvio que Podemos marcha de espaldas a los antimperialistas y que es otro puntal más para la política de Estados Unidos en el sur de Europa, que no sólo concierne al Viejo Continente sino también a África.
En la medida en que la OTAN no es más que uno de los mecanismos de defensa de los intereses estratégicos, políticos y económicos de Estados Unidos, no hay “reformulación” posible, y mucho menos su reconversión en algo exclusivamente europeo. Cualquier política europea propia no sólo está al margen de la OTAN sino contra al OTAN.
Por lo tanto, si Podemos no tiene ningúna intención de sacar a España de la OTAN, ni de cerrar las bases militares, es porque los secuaces de Pablo Iglesias y el general Rodríguez quieren a su amada patria en el mismo sitio en el que la dejó el franquismo: atada al rabo de la política de Estados Unidos.
¿Inocentada? Digo política, la de PODEMOS, que ya sé que es 30, no 28.
A ver quién es el guapo que desemboba a la clase trabajadora del mantra ese de "Podemos", la palabrita, que se ha visto hasta en el estadio del Rayo Vallecano.