Me recuerdan estos pecosos con acné al movimiento que hubo en Euskadi en los años 80-90 fomentados por las cloacas del Estado español para contrarrestar el dominio de las calles vascas por parte de la Izquierda Abertzale (antes de su degeneración reformista) que se llamaba «Gesto por la Paz», «Basta Ya», etc. Era la imagen «cívica» dentro de la «guerra sucia» planificada por el Estado en las «indómitas provincias vascongadas». Esa guerra de baja intensidad la ganó el fascismo estatal español y los líderes de esos movimientos (?) antivascos hicieron carrera política, fueron premiados. Igual que lo serán estos oportunistas y arribistas de medio pelo, pero con una diferencia o, al menos, un matiz, y es que hay que reconocer, nobleza obliga, que aquellos se batieron, en cierto modo, el cobre exponiéndose a enfrentamientos con miembros abertzales, mientras que éstos parvenus lo han recibido todo hecho sin ni siquiera arriesgarse a que los llamen lo que son: quintacolumnistas en tierras vascas para disputar el caladero electoral de la izquierda abertzale. Si a aquellos primeros provocadores la prensa adicta les pintaba de «héroes», a estos no hace falta porque el País Vasco ya está «normalizado».
Y ello gracias, en buena medida, a los Otegi y compañía que, encima, hace guiños a esta gente «de izquierdas» para hacer «otra política». Eso sí, entre «demócratas» y es que, quien no lo vea así, quien siga diciendo que el rey va desnudo, es un ultraizquierdista o un conspiranoico o, peor, un puto comunista. Vade retro.
Buenos días.