Uno de los mayores fabricantes de turbinas eólicas del mundo, Siemens Energy, negocia con el gobierno alemán un rescate en forma de avales públicos por valor de miles de millones de euros (*).
Los molinos de viento que agitan aire no son suficientes para producir la electricidad que necesitan las grandes fábricas alemanas para funcionar. En la jerga de los “expertos” de Bruselas son “electrointensivas”.
A donde el capital privado no llega, tiene que llegar el Estado con su cartera de billetes para garantizar a los bancos que cobrarán sus préstamos hasta el último céntimo.
Siemens no puede pagar sus deudas, ni tampoco puede financiar las energías verdes, ni la transición ecológica que exige Bruselas.
La Unión Europea se ha lanzado a toda marcha hacia el abismo. Han cometido la torpeza de suponer que si las engergías limpias no eran rentables, bastaría con aumentar el precio de la energía.
En las religiones verdes hay dogmas que deberían haberse meditado un poco más, como el de producir electricidad solar durante el día cuando se consume por la noche. Es un principio que sólo vale para ciertas actividades económicas diurnas, como las oficinas públicas.
Por más que los seudoecologistas lloren por el destino su querido planeta, sus postulados económicos son una chapuza total… contando con el desarrollo actual de las fuerzas productivas.
(*) https://www.spiegel.de/wirtschaft/siemens-energy-bittet-um-staatshilfe-a-d603aea8-48f9-4abf-bd66-013f6b8c5820