Miguel de Unamuno |
Bianchi
En París «festejando» el 1º de Mayo batiéndose el cobre los manifestantes con la policía, los esbirros del capital, y en Madrid los dirigentes de los sindicatos principales, al menos en nombre, UGT y CC.OO., de cuyo nombre ni me acuerdo, llamando al personal a que vaya a votar el 26-J y no se abstenga -y pase por las «urnas caudinas»– no vaya a ser que se derrumbe este tinglado por sí solo y nos vayamos todos los que vivimos de este cuento por el sumidero de la Historia. Allá, pelea; aquí, lacayismo. Pero eso ya sabíamos, ¿no es cierto?
Los telediarios e informativos de los medios de propaganda e intoxicación españoles recalcan que la visita del presidente de la Generalitat, Puigdemont, a Bruselas, no ha sido recibido por nadie, y es que, claro, nos alegramos del ninguneo a quienes se quieren ir de la sagrada unidad patria española, nuestra postura es lógica, tienen que entendernos los que nos llaman fachas. Como diría Unamuno, bilbaino nada sospechoso precisamente de secesionista, más bien todo lo contrario, «se jactan de lo que deberían avergonzarse» o, en otras palabras, en vez de promover y apoyar el «derecho a decidir», como se dice ahora, de un pueblo, que es lo democrático, se le ponen todas las trabas posibles y se ríen de él ahora que pueden los fascistas. Y no seremos nosotros quienes bendigamos a Puigdemont, pero somos demócratas a fuer de bolcheviques (Indalecio Prieto, líder del PSOE, decía que era «socialista a fuer de liberal», en los tiempos de la II República, o sea, yo soy yo y mi circunstancia o cómo me la maravillaría yo venía a decir este Felipe González «avant la lèttre»).
Ahora se oyen por los telediarios que determinada gente, sobre todo cuando hay «incidentes» y se quema algo, es «anticapitalista» (lo de «antisistema» ya quedó anticuado y podía manchar a los «podemitas» que ya han demostrado sobradamente que están por la labor de, al menos, dos cosas: apuntalar este podrido régimen, y lucrarse a cambio de vender al pueblo). Dicen «anticapitalista» y parece que están deseando decir «terrorista», que es lo que les pide el cuerpo, pero, de momento, no toca.
Y la última «píldora» -igual hemos inventado una sección nueva con este título, ya se verá-, y es que, nos dicen, hoy, 2 de Mayo (*), se cumplen cinco años del abatimiento de Osama Bin Laden (se dice «Ben» Laden, pero, en fin…), cosa que, como conspiranoicos que somos, y a mucha honra, seguidores del sabio refrán que dice «piensa mal y acertarás» tratando con tanto joputa, vendido con cara conejo, cosa que, decimos, no nos creemos, o sea, que es mentira, que no se cargaron a nadie en Pakistán, y menos a Osama que ya llevaba muerto bastantes años antes -incluso del 11-S.- de un problema renal. Y encima decían que lo sepultaron en el mar los gringos en un barco, cuando el Islam prohíbe dar sepultura a sus creyentes en el mar.
Moraleja: mienten más que hablan.
Buenas tardes.
(*) Dos de Mayo, fiesta en Madrid, levantamiento contra el francés napoleónico y sus ideas avanzadas. Veo por la tele que el fascista Arturo Pérez Reverte -de la extrema derecha en sus años universitarios años ha- dice en una especie de pregón que, gracias a estos eventos, «se enorgullece uno de ser español».
Qué ignorante, no sabe ni lo que dice, ¿Repito la cita de Unamuno?