Hospital de campaña de Central Park |
El rodaje de la película está acabando. Los medios que iniciaron la escalada, ya están de “desescalada”. Hay que plegar velas, pasar a otros rodajes. Quitar los decorados, limpiarse la cara de maquillaje y guardar el vestuario hasta la próxima superproducción.
Samaritan’s Purse es un tinglado evangélico que a finales de marzo se dio un baño publicitario instalando una docena de tiendas de campaña equipadas con respiradores artificiales en un rincón del famoso parque de Nueva York, justo enfrente de un hospital de verdad.
La instalación se llevó a cabo al más puro estilo Hollywood, con cámaras de televisión, conexiones en riguroso directo, entrevistas y seguimiento pormenorizado de los reporteros. Las donaciones a Samaritan’s Purse se multiplicaron exponencialmente, mucho más que los enfermos que metieron en las tiendas: 191 “contagiados”.
En un comunicado oficial Samaritan’s Purse dice que a partir de hoy ya no aceptarán más “contagiados” en sus tiendas y que los que están ahora serán despedidos en el plazo máximo de dos semanas.
El anuncio se produce dos días después de la salida del gigantesco buque hospital militar USNS Comfort, que llegó al puerto de Manhattan en pleno rodaje de la pandemia. Pero ya no hay cámaras de televisión y su presencia tampoco es necesaria para seguir manteniendo la farsa. Llegó en medio de un alboroto y se va de puntillas.
Todo cierra. Los focos se apagan. El plató desaparece. Otro hospital de campaña que cierra se instaló en el centro de conferencias del New York Javits Center, con una capacidad de casi 3.000 camas. La próxima semana apaga las luces.