En una reciente entrevista en Tele 5, a Pablo Iglesias le preguntaron por su opinión acerca de la detención del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, acusado de golpista por el gobierno de Maduro.
El cacique de Podemos, que llevaba meses evitando pronunciarse sobre Venezuela, volvió a demostrar que es un membrillo. Rechazó el encarcelamiento afirmando: «No hay ningún matiz. A mí no me gusta que se detenga a un alcalde. Otra cosa es que después se pruebe que este señor ha cometido un delito, pero ni la prisión preventiva ni la detención de cargos públicos son algo que a priori me guste. No me gusta», enfatizó Iglesias.
La misma condena pronunció Sergio Pascual, secretario de organización de Podemos: «Es condenable que se encarcelen alcaldes e inadmisible que se conculquen garantías procesales», dijo en referencia a la detención del regidor golpista de Caracas, Antonio Ledezma, y el dirigente de la extrema derecha, Leopoldo López.
Los de Podemos tienen la oportunidad de explicar la realidad por la que atraviesan muchos gobiernos latinoamericanos, como Cuba, Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia o Nicaragua, víctimas permanentes del terrorismo yanqui. Pero se callan. Yes we can’t. Son fieles lacayos de sus amos yanquis, que les han ordenado mantener la boca cerrada.
Hay que decir, pues, lo que Podemos calla: quién es ese golpista y terrorista venezolano llamado Antonio Ledezma. Entonces entenderemos lo que Podemos pudo decir y no dijo.
Como responsable político de la policía metropolitana de Caracas, hoy disuelta, Ledezma es responsable de numerosos asesinatos cometidos por ella en los años ochenta.
Como gobernador del Distrito Federal de Caracas en 1992, Ledezma es responsable de la represión de las movilizaciones sociales, en particular, contra estudiantes y periodistas.
Más concretamente, en noviembre de 1992 Antonio Ledezma fue responsable de la masacre de la cárcel de Catia, en la que se produjeron cerca de 200 muertes.
También fue responsable del asesinato aquel año de la periodista María Verónica Tescaci.
Antonio Ledezma participó en los sangrientos golpes de estado de abril y noviembre de 2002, causando pérdidas por más de 21.000 millones de dólares.
Ledezma también participó en el frustrado golpe de estado del pasado 12 de febrero. Es uno de los dirigentes de “La Salida”, en el que participan grupos paramilitares, como el encabezado por Lorent Gómez Saleh, de Operación Libertad, quien reconoce que recibe órdenes de Ledezma.
El golpe suponía el bombardeo del Palacio de Miraflores y de Telesur, entre muchos otros blancos ubicados en el centro y en el este de Caracas. Según las declaraciones de los golpistas detenidos, Estados Unidos no sólo les concedió asesoramiento sino que los funcionarios de la embajada norteamericana tuvieron una participación activa en varias reuniones donde se elaboró el plan.
En ese plan uno de los que iba a encabezar el llamado “gobierno de transición” era Antonio Ledezma.
La fiscalía venezolana le acusa de los delitos de “conspiración y asociación” por su vinculación en los “planes conspirativos” recogidos en el Código Penal y la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.
Podemos son lameculos del imperialismo y de los sicarios que el imperialismo tiene repartidos por todo el mundo. Dan verdadero asco.