Se me ha condenado sin pruebas en un claro montaje policial por denunciar a un falso testigo que ayudó a la Guardia Urbana de Lleida a dar una paliza a un compañero por pegar carteles.
Por denunciarlo públicamente en mis redes sociales se presentó un día cerca de mi casa para agredirme y yo me defendí, como es lógico, hasta que nos separaron.
Este mismo “testigo” amenazó con una pistola en plena calle a dos solidarios tras recriminarle su actitud de falso testimonio. Como siempre, la denuncia que hicieron estos compañeros quedó archivada, este tipo camina armado por la calle con total impunidad y al que han condenado a dos años y medio de cárcel es a mí.
Es escandaloso que en el tercer día que paso en prisión, para tenerme más años preso y desvíar el debate sobre la libertad de expresión, salga esta condena. Esto es claramente una operación de Estado.
Esto es gravísimo. Hay que defenderse.
18 de febrero de 2021