La (pen)última maniobra contra el procès catalán ha sido el burdo montaje de un supuesto aviso de nada menos que la CIA a los Mossos d’Esquadra sobre un posible atentado del ISIS (el Estado Islámico) en Barcelona, específicamente en “la Rambla”, y esto desde mayo. La cosa es desprestigiar a la policía catalana (a la que despreciamos, pero no hasta el punto de enceguecernos y no ver qué hilos manejan los que los manejan) para hacer ver que actuaron por su cuenta en el atentado de Barcelona -un “éxito”, se dice, incluyendo la licencia para matar sin preguntar a los “yihadistas terroristas”– sin contar con las demás policías estatales, esto es, sobre todo, la Guardia Civil, que es la española de verdad que cuando reprime, reprime de verdad.
Empezaba a tambalearse el podrido sistema español del bipartidismo de la II Restauración borbónica (la I fue la de Cánovas del Castillo) y acá que “fabrican” en las cocinas del Régimen del 39 (yo no hablo del “Régimen del 78”, lo siento, así de furro es uno) una “falsa disidencia” por la “izquierda” -Podemos- y por la “derecha” -Ciudadanos de un neofascista como Rivera, un producto artificial donde los haya, aunque ya con ciertas “tablas”, idiotas no son, aunque peleles que se prestan al juego, sí-, y ya tenemos “cuatro patas” para sostener el tinglado otros añitos más hasta que nos manden a todos a tomar por culo por el sumidero de la Historia, pero como la gente aguanta con todo lo que le echen, eso parece, ochess, pues tiramillas, ké kohone. Y a vivir: carpe diem y vivalavirgen.
La cosa es así: la unidad de España no se puede tocar, se podrá hablar de “plurinacionalidad” (como Sánchez, que lo dice y parece que ha descubierto el mediterráneo y aun así lo crujen) y/o de “federalismo”, pero el artículo 2 de la Constitución ya lo consagra, y antes el Fuero de los Españoles franquista. Y las FSE, la Policía, es un pilar -como el Ejército, “columna vertebral de España”, dijo Felipe González nada más asumir la presidencia- de la democracia “que todos los españoles nos hemos dado”; del resto podéis jugar a que discutís. Y aquí es donde hay campo y cancha para los lucimientos de los piquitos de oro como Iglesias y demás charlatanes de bajo coturno comparados con los grandes sofistas griegos.
Hay mucha miga en el “procès” catalán. Y una baza muy importante, a nuestro juicio, es el comportamiento de los Mossos d’Esquadra a quienes ya están tirando con balín para ver de qué lado están -o presionar para que se pronuncien a la hora de la verdad, o sea, a la hora de poner las urnas -y no retirarlas por orden española- y votar si se quieren pirar o no. Todavía nos quedan por ver mayores burradas de estos fascistas congénitos, que no saben ni qué hacer ni las tienen todas consigo mirando a una Europa que, si enfrente tuviera un movimiento revolucionario, entonces sí, entonces vía libre a la sagrada unidad de España.
Auf wiedersehen.