Y no lo va a decir no porque crea que, efectivamente, en el Estado español hay una «democracia», que no lo cree, sino porque, una vez metido en el «maelstróm», en el remolino que succiona todo lo que se menea -y lo que no acaba en la cárcel-, como un agujero negro atrapa la luz, metido, decimos y acabáramos, en eso que llaman, muellemente, el «sistema», no admite disonancias dentro de las reglas de juego del susodicho «sistema». O paradigmas sin «decalage» ni «paralages», sin orisferas ni asíntotas. Un paradigma, un istema, completo. Ya lo dijo un inventor de este «sistema», el franquista, ergo: fascista Fraga Iribarne recién muerto Franco y empezada recién la «Reforma»: «o se está dentro de las reglas del juego (de la Reforma supervisada por los poderes fácticos), o se quiere otra cosa (la Ruptura democrática, que se decía entonces)». Y quien quiera «otra cosa», nos tendrá enfrente, venía a decir el falangista Fraga.
Tenemos, pues, que están los que se sitúan «enfrente» y los que no, o sea, los que creen que en España hay «democracia», deficiente, sí, pero democracia, oye, de baja calidad, sí, pero democracia, joder, que hay un «déficit democrático», pues sí, te lo acepto, pero democracia, cojones. ¿Dónde se sitúa Otegi y, por ende, la Izquierda Abertzale Oficial? Con estos últimos, indudablemente. Con los que no se atreven a llamar a las cosas por su nombre. Con los que acabarán enfrentándose a los que sí nos atrevemos a llamar al pan, pan, y al régimen español, fascista.
Ya Otegi se «comió» seis años y medio de «caldero» por, según la judicatura española tratar de reorganizar la ilegalizada izquierda abertzale, cuando en realidad lo que estaba haciendo es decirle a ETA que lo dejara, que ya vale, que soplan «nuevos tiempos y ciclos», así paga Roma, perdón Madrid, a los vendidos, y ahora, ante esa «cacicada», el hombre, sus abogados, «recurren» a otras instancias jurídicas, metajurídicas y extrajurídicas, confiando en que, tal vez, suene la flauta de la cordura en el fascismo español. No falta algo de razón a quienes dicen, desde la caverna o el PsoE vasco, que van de «víctimas» y ya tienen la «campaña» hecha jugando este rol.
Nosotros decimos: te mean encima, y dices que llueve. No otra cosa puede decir Otegi metido de hoz y coz en los entresijos de las reglas de juego, del sistema, del capitalismo, en definitiva. Lo único que le queda es comer el coco a su peña, que sigue siendo, inercialmente, emocionalmente, fiel, hasta el día menos pensado.
¿Después de Franco, qué?, se preguntaba la «intelligentsia» española. Y alguien respondió: «después de Franco… las instituciones». Y hasta hoy, sólo que con Otegi and Company de recién invitados a este tinglado de la antigua farsa. De momento, ya hay un montón de «liberados» que viven de este cuento y del cuento. No todos, por supuesto. Y ni mucho menos.
Buenas tardes.
Nota.- Quien esperara que habláramos de Mariano o del chulo Soria, se confundió de blog. Eso queda para los vividores y «contestatarios» del «sistema», que, como decía Th.Adorno, «se someten al sistema hablando de la revolución».