Las declaraciones de los testigos protegidos, algunos de los cuales son prostitutas, hablan de que en Playa de Palma de Mallorca reinaba la mafia: «Les avisaban que por la noche que iba a haber una inspección, para que las mujeres que no tenían papeles desaparecieran […] Nunca ha habido una inspección de Policía Local sin preavisar».
Los testimonios continúan: «A los policías locales ni les cobrábamos las copas ni los servicios de prostitución». Algunas de las prostituidas eran menores de edad. Incluso cada político o policía local tenía su propia chica gratis todo para que al dueño del club no les inspeccionasen como es debido o le quitasen las licencias de funcionamiento.
Un funcionario de urbanismo del ayuntamiento de Palma ha sido detenido. También les obligaban a contratar la seguridad que les ofrecían o instalaciones de seguridad. Algunas de las prostitutas han declarado que «el precio de los servicios eran de unos 300 euros por hora […] Al principio eran a diario durante dos horas».
En los locales de alterne los políticos siempre entraban por un puerta que iba directamente a las habitaciones de las chicas para evitar que nadie supiese nada. Derrochaban champán o iban a fiestas privadas en coches de lujo. Pero tenían un serio problema: a los políticos y policías no se les ponía dura, por lo que tenían que recurrir a la viagra y otros estimulantes.