En la OTAN están preocupados por el futuro del apoyo militar a Ucrania porque desconfían de Trump. Han preparado un plan B y para ello han abierto una oficina en Kiev. “La OTAN enviará un alto funcionario civil a Kiev, entre una serie de nuevas medidas destinadas a fortalecer el apoyo a largo plazo a Ucrania, que deberían anunciarse en una cumbre en Washington la próxima semana, afirma el Wall Street Journal (1).
En la cumbre de la OTAN de este mes en Washington se anunciarán varias medidas para apuntalar el bloque occidental en medio de la agitación política en Europa y Estados Unidos. Los planes llevan varios meses en marcha, pero ahora se están acelerando.
Un alto funcionario civil se instalará en Kiev y, además, crearán un nuevo mando militar en Wiesbaden, en el oeste de Alemania, para coordinar la ayuda militar y el entrenamiento de las tropas ucranianas. Las operaciones de la OTAN en materia de asistencia y entrenamiento en materia de armas se están trasladando de un cuartel general militar encabezado por Estados Unidos a un cuartel general controlado por la OTAN en Wiesbaden. Es un mecanismo se seguridad contra Trump en caso de reelección, confiesa Die Presse (2). El cuartel general debe coordinar los futuros envíos de armas a Ucrania y las actividades de formación del personal militar ucraniano.
El nuevo mando se llamará Asistencia y Entrenamiento de Seguridad de la OTAN para Ucrania y estará compuesto por unos 700 militares estadounidenses y aliados de los 32 estados miembros, dice Newsweek (3). La organización asumiría gran parte del trabajo de equipar a Ucrania previamente dominada por el Pentágono a través del formato Ramstein, que es el nombre que disimula el “grupo de contacto” de la OTAN con Ucrania.
El plan B se ha activado ante la posible victoria de Trump en las elecciones. Trump no ha ocultado su frustración con los aliados de la OTAN, a quienes ha acusado –en varias ocasiones– de beneficiarse de la generosidad de Estados Unidos. Durante su primer mandato, atacó periódicamente a sus aliados por no cumplir con sus compromisos de gasto en defensa. En 2014 acordaron gastar el 2 por cien de su PIB en armas para 2024, un objetivo que muchos no han alcanzado.
Durante la tormentosa cumbre de la Alianza celebrada en Londres en 2018, Trump amenazó con retirar a Estados Unidos de la OTAN a menos que los aliados demostraran un mayor compromiso de “compartir la carga”. La amenaza resultó inútil, pero la perspectiva de que Trump vuelva a la Casa Blanca ha reavivado los temores a una retirada estadounidense de la OTAN que podría resultar fatal.
Si bien, como tantos otros, Trump casi nunca cumple lo que promete, los socios europeos de la Alianza tienen muchas dificultades para seguir a Estados Unidos en sus peripecias internacionales, como ha demostrado la Operación Guardián de la Prosperidad para proteger los mercantes de los ataques de los yemeníes en el Mar Rojo.
(1) https://www.wsj.com/world/europe/nato-to-establish-new-kyiv-post-for-ukraine-81b4205c
(2) https://www.diepresse.com/18567552/nato-gruendet-in-deutschland-hauptquartier-fuer-ukraine-unterstuetzung
(3) https://www.newsweek.com/nato-trump-proof-plan-b-ukraine-russia-1920014