“Patas arriba” significa que la realidad es justamente al revés de como la presentan los medios: no hay ninguna clase de injerencia informática de Rusia en los servidores del Partido Demócrata, pero en Washington sí se han elaborado planes de desestabilización de Rusia por medios informáticos.
El Washigton Post habla —con mucha propiedad— de “bombas informáticas” o digitales, poniendo de manifiesto que en la guerra moderna internet no es más que otro campo de batalla más. Obama ordenó la introducción de “bombas informáticas” contra las infraestructuras vitales de Rusia, lo cual no es más que una forma de agresión militar.
El periódico trata de justificar la decisión de Obama por la previa injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales, que no es más que una de las muchas quimeras que circulan por Washington para justificar sus propias acciones que, por lo demás, no son simétricas, es decir, que si fuera cierta la intromisión rusa, ello no justificaría la respuesta de Obama.
La “bomba informática” de Estados Unidos no sería otra que un vasto ataque informático a sectores claves de la economía, las instituciones y la defensa de Rusia que, como es habitual, quedaría en secreto.
Las “bombas informáticas” forman parte de un proyecto secreto del espionaje estadounidense desde hace años que estaban en fase preparatoria cuando a finales del año pasado Obama dio la orden de pasar a la acción. “Ahora le corresponderá a Trump decidir si desarrolla ese armamento”, dice el Washington Post.