Nunca ha habido ningún juicio por el 11-S y nunca lo habrá

Tres detenidos en el campo de concentración de Guantánamo, acusados ​​de planear los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y que fueron torturados en las mazmorras clandestinos de la CIA, han aceptado declararse culpables de conspiración y asesinato.

Los tres detenidos, incluido Jalid Sheij Mohammed, al que acusan de los ataques de 2001 que mataron a casi 3.000 personas, aceptaron declararse culpables a cambio de garantías de los fiscales de que no enfrentarían la pena de muerte.

El chanchullo le da el capetazo a unos procedimientos legales que han estado guardando polvo durante años en discusiones previas al juicio sobre si las pruebas obtenidas de los acusados ​​mediante tortura eran admisibles ante el tribunal.

En la carta los fiscales dicen que los tres hombres, detenidos en Guantánamo desde 2006, podrían declararse culpables la próxima semana, según Clive Stafford Smith, un abogado que ha representado a los detenidos de Guantánamo. El acuerdo permitiría a Estados Unidos “dar un paso más para poner fin a un momento muy trágico en la historia de Estados Unidos y a una respuesta terrible y bárbara”.

“Una de las principales motivaciones de este acuerdo es que se considera un quid pro quo por el hecho de que personas como Jalid Sheij Mohammed hayan sido torturadas de maneras indescriptibles”, dijo el abogado.

Los torturadores le hicieron la bañera 183 veces.

Mohammed, un ciudadano paquistaní de 59 años, fue capturado en Rawalpindi en 2003 y luego recluido en mazmorras secretas de la CIA en Afganistán y Polonia, donde fue sometido a 183 ahogamientos simulados y sometido a otras formas de tortura y abusos, antes de ser trasladado a Guantánamo en 2006.

Sus coacusados, que también aceptaron declararse culpables, son Walid Bin Attash, ciudadano yemení de 46 años, y Mustafa Al Hawsawi, ciudadano saudí de 55 años.

A Attash le acusan de entrenar a algunos de los secuestradores involucrados en los ataques del 11 de septiembre de 2001, en los que aviones de pasajeros se estrellaron contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, y otro avión que se estrelló en Pensilvania.

A Hawsawi le acusan de financiar el complot. Tanto Attash como Hawsawi fueron capturados en Pakistán en 2003 y posteriormente retenidos en mazmorras clandestinas de la CIA y en Guantánamo.

A principios de este año un tribunal lituano ordenó al gobierno del país pagar una compensación a Hawsawi, dictaminando que el gobierno debería haber sabido que sería sometido a torturas en el centro de detención que la CIA tenía en el país.

Un informe del Comité de Inteligencia del Senado de 2014 sobre las torturas de la CIA encontró que Hawsawi estaba entre los detenidos sometidos a “técnicas de interrogatorio mejoradas, a pesar de dudas y preguntas sobre su conocimiento de las amenazas terroristas y la ubicación de altos dirigentes de Al Qaeda”.

El informe dice que Hawsawi fue sometido a exámenes rectales realizados “con una fuerza tan excesiva” que sufrió lesiones graves y problemas de salud continuos.

Como parte del acuerdo, los fiscales dijeron que los tres hombres también acordaron responder las preguntas planteadas por las familias de las víctimas del 11 de septiembre “sobre sus roles y razones para cometer los ataques del 11 de septiembre”.

El acuerdo, sin embargo, fue criticado por varios grupos que representan a los supervivientes y a las familias de las víctimas del ataque, que acusaron a Arabia saudí de estar implicada en los ataques del 11 de septiembre.

“Instamos al gobierno a garantizar que estos acuerdos no impidan información crítica que podría arrojar luz sobre el papel de Arabia saudí en los ataques del 11 de septiembre. Nuestra búsqueda de justicia no flaqueará hasta que se revele toda la verdad y se haga justicia para las víctimas y sus familias”, dijo Brett Eagleson, presidente de Justicia del 11 de septiembre, en un comunicado.

15 de los 19 secuestradores eran ciudadanos saudíes. El miércoles los abogados de Arabia saudí pidieron a un tribunal de Manhattan que desestimara un caso en el que las familias de las víctimas acusan a los diplomáticos saudíes en Estados Unidos de apoyar a algunos de los secuestradores del 11 de septiembre.

Otros dos detenidos de Guantánamo también fueron acusados ​​de participar los ataques. El año pasado un juez militar dictaminó que Ramzi Bin Al Shibh, un ciudadano yemení de 52 años detenido en Guantánamo, no era mentalmente apto para ser juzgado después de que sus abogados argumentaran que se había vuelto “loco” por las torturas e interrogatorios de la CIA.

Los abogados del quinto acusado, Ammar Al Baluchi, ciudadano kuwaití de 46 años, argumentaron que las torturas infligidas por la CIA le habían causado daños cerebrales tras ser utilizado como “material didáctico” por los verdugos.

30 detenidos siguen encarcelados en el campo de concentración de Guantánamo, sin acusación, sin juicio y sin defensa.

Aún no está claro dónde cumplirán Khalid Sheikh Mohammed, Attash y Hawsawi lo que se espera que sean condenas a cadena perpetua.

El abogado Stafford Smith afirmó que la oferta de los fiscales de llegar a acuerdos refleja los continuos fracasos y la “desmesurada inutilidad” del sistema de Guantánamo. “La idea de que un grupo de fiscales pudiera crear un sistema que redujera radicalmente los derechos de la defensa era estúpida e inmoral”, dijo, “con el resultado de que aquí estamos, 23 años después, y no ha habido ni habrá un solo juicio decente de nadie implicado en el 11-S”.

—https://www.theinteldrop.org/2024/08/02/guantanamo-detainees-agree-to-plead-guilty-to-israels-attack-on-9-11-after-over-2-decades-of-torture-and-rape-by-us-marines/

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