Todo se fragua durante los días previos al Comité Federal que acabó con Pedro Sánchez al frente del PSOE. Dos fuentes diferentes confirman que en las jornadas anteriores se celebró una reunión en Madrid en la que participaron destacados protagonistas del mundo político, periodístico y empresarial.
En concreto, se reúnen en privado el expresidente del Gobierno Felipe González; el presidente del Grupo Prisa Juan Luis Cebrián, grupo editor del diario El País y de la Cadena Ser y tres importantes empresarios del Ibex.
Sobre la identidad de los empresarios que participaron en este reunión, una fuente sitúa en la misma a César Alierta, el expresidente de Telefónica. El propio Pedro Sánchez acusó en “Salvados” este pasado domingo al que fuera número 1 de la multinacional de haber participado en la operación para apartarle de la secretaría general del PSOE. No obstante, la misma fuente matiza que Alierta no fue quien orquestó esta operación.
También sitúan en este encuentro al expresidente de La Caixa (también accionista de Prisa), Isidro Fainé, aunque un portavoz de La Caixa niega tajantemente que el empresario estuviera en esta reunión en Madrid, y al actual máximo mandatario de una eléctrica, cuyo nombre no ha sido precisado por las fuentes consultadas. Fainé, aseguran desde La Caixa, no estuvo en dicha cita con los nombres citados.
En esta reunión de alto nivel y reservada los actores que participaron en ella manejaron información procedente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), según las dos fuentes consultadas.
Algún periodista ya ha publicado la posibilidad de que el CNI estuviera implicado colateralmente en la operación de derribo de Sánchez. Carlos Herrera habló el viernes 25 de ello en antena. El periodista dijo en COPE que los servicios de Inteligencia pudieron alertar a Rajoy y a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de los intentos de Pedro Sánchez de conformar Gobierno con Podemos y de cómo en el PSOE se estaban registrando altas de militantes que venían de Podemos. Se detectó un intento de “podemizar” el PSOE. Rajoy, contó Herrera, se lo hizo saber a Felipe González y a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Luis María Anson desveló este martes en su columna de El Mundo la existencia de un informe de los servicios de inteligencia contra Pablo Iglesias: “Me aseguran que el CNI dispone de un arsenal de irregularidades y vergüenzas del líder podemita”.
Además, el diario El Mundo ha publicado que el propio Sánchez pidió ayuda a José María Álvarez-Pallete, actual presidente de Telefónica, que es propietaria del 13 por ciento del capital de Grupo Prisa, para que El País y la Cadena Ser frenaran la hostilidad contra él. La información era firmada por Carlos Segovia.
Este encuentro se celebró en un contexto en el que se estaba manejando la posibilidad de que Pedro Sánchez intentara formar un Gobierno con Podemos y formaciones independentistas. Los números le salían al exsecretario general del PSOE, que incluso había iniciado contactos con PNV y otras formaciones secesionistas. Solo le faltaba el “sí” de ERC.
En círculos políticos y periodísticos se maneja que el CNI había detectado estos movimientos encaminados a conformar un Gobierno con independentistas y se habría informado a varios actores, entre los que se encuentra Moncloa.
El peligro de esta hoja de ruta radicaba en qué podría ofrecer ese hipotético Gobierno presidido por Sánchez a las formaciones independentistas. Se hablaba entonces de un referéndum secesionista o, incluso, del peligro de que Cataluña se encaminara unilateralmente hacia la formación de una República.
En la reunión se habló del peligro que suponía para los intereses nacionales que el PSOE se aliara con Podemos y con los independentistas. Un detalle llamativo: en dicho encuentro y en otros posteriores se habló de los dirigentes de Podemos como “los Maduros”, en referencia al presidente venezolano Nicolás Maduro.
En círculos políticos también existe la opinión de que ha sido la cerrazón de Sánchez, unido a cosechar los peores resultados para el socialismo, la que ha motivado su fin al frente del PSOE. En este sentido, la “podemización” creciente del PSOE y la ausencia de un debate interno, con un secretario general encastillado, es lo que habría provocado la revuelta interna. No creen, por tanto, que Sánchez sea un mártir.
Sea como fuere, tras esta reunión en Madrid, en el PSOE se inició la operación para “derrocar” a Sánchez de la secretaría general. Una de las primeras decisiones que se tomó fue que Felipe González, como voz autorizada del PSOE, concediera una entrevista a la Cadena Ser donde explicara que Sánchez le dijo que se abstendría para dejar gobernar al PP.
La entrevista, que se emitió enlatada (fue grabada unos días antes y emitida el día 28 de septiembre), se difundió y se desencadenó entonces toda la revuelta de barones críticos.
Es importante destacar que la operación para acabar con Sánchez fue puesta en práctica por Susana Díaz y un grupo de barones críticos con él. Solo son ellos quienes podían acabar con el secretario general en el convulso Comité Federal del 1 de octubre. Nadie de fuera ha influido en la votación de aquel sábado de infarto.
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