Los cabecillas de Twitter han ordenado a algunos trabajadores que trabajen 12 horas al día, siete días a la semana (84 horas semanales) para cumplir con los plazos impuestos por el nuevo propietario de la empresa: Elon Musk.
Desde que el magnate tomó el mando, los trabajadores han prolongado su jornada laboral por encima de lo habitual. La plantilla se enfrenta a despidos masivos como parte de la reconversión que Musk planea llevar a cabo. En España ha desmantelado sus operaciones, despidiendo a sus 26 trabajadores.
Pero los propios cabecillas también están sintiendo la presión, y algunos contaron al New York Times que han tenido que dormir en las oficinas. El ambiente laboral es de miedo y desconfianza. Los peones de Musk han estado buceando en los mensajes archivados en los sistemas, aparentemente buscando trabajadores a los que despedir y presupuestos o proyectos que recortar.
El 28 de octubre Musk, consejero delegado del fabricante de automóviles Tesla y del fabricante de cohetes reutilizables SpaceX, completó la adquisición de Twitter, por valor de 44.000 millones de dólares. Ha tomado el mando. Se ha llevado a Twitter a más de 50 de sus peones de confianza de Tesla, principalmente ingenieros informáticos del equipo de Autopilot.
Ha despedido al director general, al director financiero y a los responsables de los equipos políticos y jurídicos de la empresa, y también disolvió el consejo de administración. Algunos de los amiguetes de Musk, como el especulador David Sacks, están involucrados en la operación. También lo son dos personas que comparten el apellido de Musk, James y Andrew Musk, que trabajaron en Palantir y Neuralink respectivamente.
Los trabajadores de otras empresas de Musk pueden trabajar en Twitter, incluidos más de 50 de Tesla, dos de Boring Company (que construye túneles subterráneos) y uno de Neuralink (que desarrolla una interfase cerebro-máquina). En ocasiones, los trabajadores de Tesla se ven obligados a participar gratis en proyectos de las empresas de Musk.
Entre las decenas de personas que Elon Musk ha contratado específicamente en Tesla se encuentra Jake Nocon, que forma parte de la unidad de vigilancia de Tesla, como director senior de inteligencia de seguridad. Anteriormente trabajó para Uber y Nisos, una empresa de seguridad que tenía un contrato multimillonario con Tesla para identificar amenazas internas y vigilar a los críticos de la empresa.
En Twitter, Musk se apoya en sus lugartenientes más leales para decidir a quién y qué cortar o mantener en la red social. Les insta a aprender todo lo que puedan sobre Twitter lo antes posible, desde el código fuente hasta la moderación de contenidos y la protección de la intimidad de los datos, para poder rediseñar la plataforma.
En una carta abierta a los anunciantes, la semana pasada, al hacerse cargo de la empresa, Musk dijo: “Obviamente, Twitter no puede convertirse en un infierno de libertad donde se pueda decir cualquier cosa sin consecuencias”.
Musk llegó a Twitter criticando la censura para seguirla manteniendo indefinidamente.
Hay que salirse de Twitter