Tras poner a la población en confinamiento total, la Primera Ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, les recomienda que no se reúnan, ni hablen con sus vecinos. Ha llegado la “nueva normalidad”, una sociedad hipocondriaca que delira permanentemente.
Nueva Zelanda es un país completamente confinado tras detectar un único “caso” de coronvirus, pero eso ya casi ni es noticia. No es suficiente. La Primera Ministra ha seguido el consejo del responsable de salud pública de Nueva Gales del Sur, que recomendó lo mismo a los australianos el mes pasado: “No hablen con sus vecinos”.
El país ha estado confinado durante tres días y Auckland, la capital, durante una semana, tras el descubrimiento de un único “caso” de coronavirus en la ciudad costera de Coromandel.
El gobierno recomienda a los ciudadanos que eviten el trabajo, la escuela y las actividades de ocio, y que sólo salgan al exterior por razones esenciales, como la compra de alimentos.
Sin embargo, Ardern ha querido avanzar un paso más allá porque el riesgo de transmitir el virus es tan alto que la población no debería ni siquiera mantener conversaciones con sus propios vecinos. “Permanezcan en su barrio y no se reúnan, no hablen con sus vecinos, permanezcan en sus burbujas”, dijo Ardern.
“Sabemos, por los casos de la variante delta en el extranjero, que puede propagarse simplemente cruzando caminos. Así que hay que reducir al mínimo los desplazamientos al aire libre, llevar mascarilla y asegurarse de mantener la distancia física”, añadió.
Arden se limitó a repetir lo que el jefe de sanidad de Nueva Gales del Sur dijo a los australianos el mes pasado. “Aunque la naturaleza humana es comprometerse con los demás, ser amigable, lamentablemente este no es el momento de hacerlo”, dijo el doctor Kerry Chant.
“Aunque te encuentres con tu vecino en el centro comercial, no inicies una conversación, es el momento de minimizar tus interacciones con los demás, aunque tengas una mascarilla, no creas que eso te da una protección total, queremos estar absolutamente seguros de que en nuestra vida diaria no entramos en contacto con alguien que pueda ser un riesgo”, añadió.
Nueva Zelanda ha amenazado con colocar a todos los apestados por el coronavirus y a sus familiares directos en “instalaciones de cuarentena”, incluso aunque se nieguen a hacerlo voluntariamente.