La ruptura de las relaciones entre Francia y Níger, que comenzó en julio del año pasado con la salida de las tropas francesas del territorio nigerino, está experimentando un nuevo giro. El enfrentamiento se desarrolla en el terreno económico, con el uranio en juego, un recurso estratégico del que Níger es uno de los principales productores mundiales. Después de décadas de presencia francesa en el sector minero nigerino, el nuevo gobierno de Niamey se ha comprometido a redefinir las reglas del juego, en particular retirando algunos permisos de explotación a la empresa francesa Orano, antigua Areva, y expresando su deseo de diversificar sus asociaciones hacia Rusia, Irán y Turquía.
Níger prepara una revolución en su sector minero. La creación de la Compañía Nacional de Uranio Timersoi (TNUC) marca el primer paso en esa transformación. El nuevo ente público simboliza el deseo del nuevo gobierno de recuperar el control sobre sus recursos naturales. La estrategia se manifiesta también en el compromiso de la Sociedad Patrimonial de las Minas de Níger (Sopamin), que acaba de anunciar la adquisición de 210 toneladas de uranio, una decisión que refleja la determinación de Niamey de mantener la actividad minera bajo su control directo.
Ante los cambios, Orano, empresa heredera de la presencia colonial francesa que se remonta a 1971, se encuentra en una situación delicada. El grupo, que solo mantuvo un sitio activo tras el cierre de Akokan Mines Company en 2021, ha anunciado la suspensión de su producción. Esta decisión, en vigor desde el 31 de octubre, se produce en un contexto tenso marcado por la retirada en junio del permiso de funcionamiento del yacimiento de Imouraren. En el centro de la crisis, siguen bloqueadas más de 1.000 toneladas de concentrado de uranio, con un valor estimado en 300 millones de euros. Orano quiere exportarlas a Francia o Namibia, pero en Niamey cuestionan la opción, denunciando una decisión unilateral que socava la administración de la Sociedad de Minas del Air (Somair), de la que Orano posee el 63,4 por cien de las acciones.
El cese de las actividades de Orano podría marcar un punto sin retorno en las relaciones económicas franco-nigerianas, una situación que plantea interrogantes sobre el futuro de la minería en Níger. El cierre progresivo de las instalaciones explotadas por Francia, combinado con la creación de una nueva empresa pública y la búsqueda activa de nuevos socios internacionales, dibuja los contornos de una nueva era. La gestión de los recursos naturales se convierte así en el símbolo de una transformación importante en África occidental, donde las antiguas potencias coloniales ven disminuir su influencia en favor de nuevas alianzas estratégicas.
El cobre busca en el reciclaje un suministro alternativo
El cobre se consolida hoy como el metal estrella del siglo XXI. Este material, conocido desde la Antigüedad por su maleabilidad y resistencia, está experimentando un verdadero renacimiento en la era de la transición energética. Su creciente importancia estratégica lo han convertido en objeto de todos los deseos en los mercados mundiales.
El cobre, con sus propiedades únicas de conductividad eléctrica, se ha vuelto esencial en los planes europeos de transición energética. Desde turbinas eólicas gigantes hasta paneles solares de alta tecnología y baterías de vehículos eléctricos, este metal está omnipresente en las tecnologías verdes. Un parque eólico marino de tamaño medio puede contener hasta 200 toneladas de cobre, mientras que un solo coche eléctrico requiere alrededor de cuatro veces más cobre que un vehículo de combustión convencional.
El aumento exponencial de la demanda se refleja en la evolución de los precios. En el transcurso de una década, su precio se ha más que duplicado en los mercados internacionales, alcanzando máximos históricos.
Pero la importancia del cobre no se limita al sector de las nuevas energías “limpias”. Sigue siendo un componente esencial en la construcción, la electrónica de consumo y la infraestructura de telecomunicaciones. El despliegue masivo de 5G y la proliferación de centros de datos para respaldar la inteligencia artificial y la computación en la nube también son factores que impulsan la demanda. Se estima que un solo centro de datos de tamaño mediano puede requerir hasta 100 toneladas de cobre para su cableado y equipos.
Frente a este creciente apetito, la oferta mundial de cobre lucha por mantenerse al día. Los depósitos fácilmente explotables son cada vez más escasos, lo que obliga a los fabricantes a recurrir a minas más profundas y con una menor concentración mineral. El contenido promedio de cobre de los minerales extraídos ha caído casi un 30 por cien en las últimas dos décadas, lo que encarece la extracción.
Por sí solos Chile y Perú aportan casi el 40 por cien de la producción mundial de cobre, que intenta buscar en el reciclaje una solución parcial pero prometedora. A diferencia de otros materiales, el cobre se puede reciclar indefinidamente sin perder sus propiedades. Actualmente, alrededor del 30 por cien de la demanda mundial se cubre con cobre reciclado, proporción que podría alcanzar el 50 por cien en 2040.
Están surgiendo tecnologías de reciclaje innovadoras que permiten recuperar el cobre en productos complejos, como tarjetas electrónicas o baterías usadas. Estos avances podrían ayudar a reducir la presión sobre el mercado.
Un sector minero bajo presión
La necesidad de acelerar el desarrollo de la producción de metales en los próximos años está presionando a la industria minera, a causa de la crisis internacional y la ruptura de las cadenas mundiales de suministros, lo que pone en peligro el suministro de metales estratégicos.
Además de las sanciones a Rusia existen otras tensiones, en particular el bloqueo a China y las nacionalizaciones en países como Chile, donde el gobierno se ha apoderado de las minas de litio.
La desaceleración de la economía mundial ha bajado los precios de algunos minerales. El precio del litio ha bajado un 70 por cien, el del cobalto un 36 por cien, el del níquel un 20 por cien, mientras que los del cobre y el acero se han mantenido estables. Esta caída de precios complica las nuevas inversiones.
No obstante, la caída de los precios es engañosa porque la tendencia a largo plazo es alcista, como ya explicamos en una entrada anterior.
El problema de fondo es la interrupción del suministro por el impacto de lo confinamientos, las sanciones a Rusia, el aumento de los precios de la energía y los desafíos logísticos y de transporte.
Indonesia ha decidido suspender sus exportaciones de níquel y otros metales para alimentar su producción local y ascender en la cadena de valor minera, por ejemplo con la producción de baterías para vehículos eléctricos.
El país minero por excelencia, Australia, tiene otros problemas añadidos, como la jubilación de una fuerza de trabajo cualificada. El país austral tiene hoy más puestos vacantes que en cualquier otro momento de su historia. Lo mismo ocurre en otros países. En 2022 se debían cubrir 36.000 puestos de trabajo en la minería estadounidense, frente a los 27.000 del año anterior.