Netanyahu visita Moscú para ganarse la neutralidad de Rusia en la nueva fase de la guerra de Oriente Medio

Ayer Netanyahu estaba en Moscú participando en la celebración del 73 aniversario de la victoria del Ejército Rojo en la guerra contra la Alemania nazi. Es su enésima visita y no creemos que sea por cortesía, sino para convencer a Putin de que rompa su alianza con Irán en Siria.

Ahora mismo en la situación de Oriente Medio pesan tres circunstancias mayores: la ruptura del acuerdo nuclear de 2015 con Irán, la victoria de Hezbollah por amplia mayoría en las elecciones de Líbano y la victoria de Siria y sus aliados en la guerra iniciada en 2011.

El ministro israelí de la Guerra, Avigdor Lieberman, ha amenazado a Rusia con tomar represalias si entregaba los S-300 al ejército sirio.

Putin respondió diciendo que Israel no debía poner a prueba la capacidad militar de Rusia y que se preparara para ver una Siria equipada con S-400 o incluso S-500.

Israel no debería perder de vista que, de momento, es Irán quien está a las puertas de Israel, y no al revés.

Desde la ruptura del acuerdo nuclear con Irán, Israel dice que la guerra contra Siria, Irán y Hezbolá es cuestión de horas.

En Moscú también creen que una guerra entre Israel e Irán es inevitable tras la ruptura del acuerdo nuclear y que no van a poder mantener eternamente su papel de emisarios entre Tel Aviv y Teherán. Están obligados a decantarse y eso es lo que Netanyahu trata de impedir porque la pelota rusa no va acer de su lado.

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