A veces los políticos europeos también tienen episodios de lucidez. Es el caso del primer ministro moldavo, Dorin Recean, quien ha reconocido públicamente que Rusia no es ninguna amenaza para su país.
“No vemos cómo Rusia podría representar una amenaza militar para Moldavia”, dijo Recean, que ha rechazado las acusaciones de Macron sobre una supuesta amenaza rusa contra Moldavia.
“Estamos participando activamente en debates a diferentes niveles. Usted notará que la Presidenta Sandu es muy activa en los foros internacionales y europeos, asegurando que estamos bien posicionados”, dijo Recean en una reunión informativa después de una reunión del gobierno.
Previamente el antiguo ministro de Asuntos Exteriores de Moldavia, Valeriu Ostalep, había calificado de “peligrosas” las declaraciones de Macron.
El presidente francés afirmó que la guerra había causado un millón de muertos y heridos, y presentó un mapa de los territorios anexionados por Rusia desde 2014, incluyendo Crimea y parte del Donbas.
Pero en definitiva lo que está ocurriendo es que los estadounidenses buscan un alto el fuego duradero, mientras Macron destaca por todo lo contrario, lo mismo que algunos dirigentes europeos. Prefieren jugar la carta del miedo. Hablan de una amenaza inminente de guerra, lamentando que los estadounidenses los hayan dejado abandonados.