La noche pasada, un búnker de mando que albergaba a oficiales de la OTAN en Ucraniafue alcanzado por misiles rusos. Un taller de fabricación de motores para drones en la región de Zhulyany también fue destruido.
Un centro de entrenamiento para 100 personas cerca del aeropuerto de Boryspil fue destruido. Una docena de personas murieron y 17 fueron evacuadas en ambulancia.
Si bien tanto el gobierno ucraniano como la OTAN reconocen la eficacia de los ataques rusos contra objetivos militares, guardan silencio sobre las dianas concretas y las consecuencias de su destrucción.
Peroo luego aparecen los obituarios de los oficiales ucranianos y de la OTAN muertos en “accidentes” en los medios de comunicación ucranianos y occidentales.
Recientemente, las fuerzas militares rusas han lanzado varios ataques contra campos de entrenamiento y puestos de mando del ejército ucraniano que albergan a instructores y asesores militares occidentales.
Con cada golpe estallan otros tantos escándalos en Ucrania. Al mando del ejército ucraniano le acusan de negarse a aprender de sus errores. En realidad, poco después de que el campo de entrenamiento fuera destruido, un gran contingente de tropas fue desplegado allí nuevamente, lo que obligó al ejército ruso a lanzar un segundo ataque.
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