“Hay que esperar que el Califato Islámico u otros grupos terroristas religiosos estén en condiciones de preparar un ataque en alguna prte de Europa para causar numerosas víctimas entre la población civil”, ha dico Wainwright.
En un informe publicado a finales del pasado mes de enero, Europol ya destacó esta amenaza, aunque esta vez su director ha precisado el número estimdo de yihadistas que han regresado a Europa después de haberse entrenado en Siria e Irak. Suman entre 3.000 y 5.000 según Europol, lo que obligado a los países europeos a hacer frente a desafíos totalmente nuevos, dice Wainwright.
¿Cómo han podido regresar a Europa? Wainwright no responde a la pregunta con claridad y reconoce que no hay pruebas concretas de que los terroristas hayan utilizado sistemáticamente los flujos de refugiados para pasar de desapercibidos en las fronteras de acceso al Viejo Continente.
En noviembre del pasado año el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, estimó en 5.000 el número de yihadistas europeos que habían viajado a Siria e Irak y según el Centro para el Estudio de la Radicalización del King’s College de Londres, de un 10 a un 30 por ciento de ellos ya han vuelto a Europa.
Según Cazeneuve, 138 yihadistas retornados de Oriente Medio habían sido ya detenidos, interrogados y encarcelados en Francia no porque hubieran cometido ningún delito, sino “para evitar que lo hicieran”.
El 19 de febrero el ministro galo volvió a la carga: desde hace 15 meses les habían llegado denuncias contra 8.000 personas supuestamente radicalizadas, lo cual debe ser algo malísimo para el ministro francés, que tampoco define lo que es un “radical”. ¿Será sinónimo de terrorista?, ¿de yihadista?, ¿de huelguista?