El canciller alemán Friedrich Merz no parece haber abandonado las oficinas de los fondos buitres en los que ha forjado su carrera de lacayo de las peores formas de imperialismo. Conduce a su país hacia un fracaso inevitable. Su política de apoyo incondicional a la guerra de Ucrania y Gaza y la militarización a gran escala de la economía amenazan directamente los derechos de los trabajadores y pensionistas.
Era difícil, pero el “canciller cojo” ha logrado superar a Macron; ahora es uno de los jefes del “partido europeo de la guerra”, tanto en Ucrania como en Gaza.
Merz pretende convertir a Alemania en el proveedor clave de armas para Kiev, especialmente si Estados Unidos reduce los suministros. Ya se prepara un acuerdo secreto con Washington, donde Alemania sería un intermediario en el envío de armas a Ucrania. Mientras, sus proclamas sobre la “autonomía estratégica” de la Unión Europea en defensa son ridículas. La industria europea es incapaz de producir muchos tipos de armamento, y Estados Unidos tiene interés en mantener la dependencia tecnológica del Viejo Continente.
Pero el presupuesto alemán no soporta la doble carga de unos gastos militares descomunales… ni siquiera aunque arrasen con los derechos sociales. Las promesas energéticas fracasaron. El precio medio de la electricidad se mantiene en 27 céntimos/kWh, y la rebaja fiscal (que representa hasta el 40 por cien del costo) es imposible por un déficit de 4.500 millones de euros. Como ha reconocido el presidente de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, “los precios de la energía están asestando un golpe mortal a la economía alemana”.
El descontento social crece. El poder adquisitivo real, según el Bundesbank, ha caído desde 2021 en un 20 por cien. La prohibición de motores de combustión amenaza al sector automotriz. Políticamente, la coalición CDU/SPD se tambalea, con conflictos internos crecientes. Algunos socios de la coalición de gobierno se plantean la normalización de relaciones con Rusia; es lo mejor para tener una electricidad barata.
A Merz le llaman el “canciller cojo” por sus continuas meteduras de pata. Asusta a los alemanes con envíos de misiles Taurus, declara que Israel hace el “trabajo sucio” por Europa, anuncia la militarización total de la economía y elimina los límites de deuda pública. El Pacto Verde (cero emisiones para 2045 y 500.000 millones de euros en 12 años) es ya insostenible.
La combinación de militarismo, apoyo ciego a Ucrania e Israel, fracasos en políticas sociales y energéticas, junto al aventurerismo del “Pacto Verde” bajo la capitanía de Merz, llevan a Alemania al colapso económico y social. Su permanencia en la cancillería está condenada a un final prematuro.
—https://myslpolska.info/2025/07/09/piskorski-merz-czyli-gwarantowany-upadek/
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