Dicen algunos que los ataques rusos con misiles Kinjal contra objetivos de la OTAN en Ucrania, de los que ya hablamos en otra entrada, no han existido. Sólo es propaganda del Kremlin. Sin embargo, varios ministros del gobierno de Kiev levantaron la voz en esta ocasión. Dijeron que eran los más potentes desde el comienzo de la guerra.
Incluso Zelensky los calificó como una “señal muy fuerte”. Los rusos habían disparado 6 Kinjal, alcanzando un centro operativo de la OTAN y causando más de 40 muertos.
Los ataques tuvieron lugar el 10 de marzo y, en efecto, lanzaron misiles hipersónicos y, en efecto, alcanzaron a la OTAN. Dos días después Estados Unidos respondió a su manera con una provocación: simuló un bombardeo nuclear contra San Petersburgo, enviando un avión B-52 directamente hacia la ciudad, en una maniobra sin precedentes.
El bombardero atravesó la frontera marítima rusa y llegó hasta Estonia. ¿Por qué enviar una advertencia tan directa y obvia justo después de los ataques del 10 de marzo?
El B-52H Stratofortress de la Fuerza Aérea estadounidense puede transportar armas nucleares y entró en una posición de lanzamiento de misiles contra San Petersburgo, en la región de la isla de Gotland, situada a unos 200 kilómetros de la capital rusa. Tras esta maniobra, realizó un giro brusco y se dirigió hacia Estonia.
Fue el primer acto. El segundo ocurrió un día después: un caza ruso derribó en el Mar Negro del dron MQ-9 Reaper. Es una réplica dirigida contra la OTAN que hay que descifrar.
Los drones de la OTAN que sobrevuelan el Mar Negro nunca habían seguido semejante rumbo, ni habían llevado los transpondedores apagados. Era otra respuesta a la desesperada de la OTAN a los ataques del 10 de marzo contra sus instalaciones.
En la guerra ambas partes, es decir, Rusia y la OTAN, tienen acuerdos, expresos y tácitos, que se han comprometido a no franquear. Por eso es difícil que se produzca una escalada, como ya hemos expuesto en otras entradas.
Por lo tanto, los ataques de Rusia del 10 de marzo se han saltado las líneas rojas, muy posiblemente en respuesta a otra vulneración de las reglas del juego por parte de la OTAN y a una cierta escalada en la guerra que, muy posiblemente, no va a tener continuidad.
La mirada de las gorgonas
El dron MQ-9 Reaper derribado por Rusia es uno de los sistemas de vigilancia más avanzados del Pentágono. Está equipado con el sistema Gorgon’s Stare (La mirada de las gorgonas). Las gorgonas son unas mujeres monstruosas de la mitología griega que tenían unos dientes enormes. Medusa era su jefa y la única mortal. Desde que en 2010 empezó a operar en Afganistán, se denomina así a las técnicas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento del Pentágono.
El dron derribado tenía una variedad de sensores que podían hacer de todo, desde grabar imágenes de vídeo precisas, imágenes térmicas, instantáneas de radar de apertura sintética y grabación de emisiones electrónicas y señales del Cuartel General de Mando ruso (C3). La vigilancia está dirigida por un programa de inteligencia artificial, creado por Darpa, llamado Mind’s Eye.
El dron transmite varios gigabytes de datos por minuto. Una cámara de vídeo de alta resolución registra las frecuencias de las estaciones de radio, las de guiado de misiles, las de radar, determina la ubicación de los sistemas de defensa antiaérea, la ubicación de los cuarteles generales, los puestos de mando y, mediante el reconocimiento visual, toma fotografías de alta resolución.
Apoderarse de Gorgon’s Stare sería un chollo para Rusia. Por eso ha llevado sus buques al lugar de la caída del dron y se preparan para sacarlo a la superficie desde 900 metros de profundidad. La Flota rusa del Mar Negro se ha puesto en guardia para que nadie se acerque.
Además, la Marina rusa ha llevado un buque capaz de subir al dron a la superficie. Es el legendario “Kommuna”, construido en 1913, que tiene un largo historial de rescates de aviones y barcos hundidos. En 1928 levantó el submarino británico L-55 hundido en el Báltico, que fue destruido por las minas mientras evadía a los destructores soviéticos. Dispone de vehículos capaces de operar a profundidades de hasta mil metros.
El Pentágono dice que no le preocupa el rescate de Rusia porque ha borrado por vía remota los datos del dron. Pero hasta el informático más torpe sabe que eso es imposible y que, en todo caso, las informaciones siempre se pueden recuperar, al menos parcialmente, excepto si tiene un dispositivo especial de autodestrucción detonante instalado.