Errejón reconoce que le gustan las banderas siempre y cuando sirvan “para estrechar lazos”. “Me gusta cuando la gente levanta la bandera de España en el Mundial”, declara este mentecato, que confunde a la bandera monarco-fascista con la de España. Sin embargo, no le agrada que alguien enseñe una “como si tú no formaras parte”.
Además aboga por un proyecto inclusivo, puesto que lo considera más fuerte que aquel que separa, es decir, que el futuro de Catalunya siga dependiendo de lo que los fascistas decidan desde Madrid.
Errejón relata una anécdota que le ocurrió paseando por Madrid y es algo que le “cansa”. Narra que un señor con sus hijos “se me quedó mirando” y se acercó al diputado diciéndole “¡Viva España!”. El diputado le respondió que “claro que viva, pero quién se ha pensado que soy yo”. A lo que el hombre le contestó con un “ah, muy bien”. Lamenta que se pensara eso como “si él fuera más español que yo” y eso fuera una “línea de demarcación entre unos y otros”.
Ya en plan babosillo “Piolín” asegura que “una fuerza progresista que no puede reivindicar la identidad nacional” no tiene posibilidades de “transformar el país”. Además, añade que “me emocionan mucho los pueblos que se emocionan con su bandera”.
El “procès” ha debilitado a Podemos más de lo que ya lo estaba. “Ha subido mucho la temperatura del debate público tensando los ánimos”, dice Errejón. Considera que hace falta “poner propuestas encima de la mesa para un nuevo acuerdo” de esos típicos de Podemos, que parece que dicen algo y no dice absolutamente nada.
Errejón es un firme defensor de la “diversidad nacional” y “hacer de ella la base de un nuevo pacto federal de convivencia”. Todo esto, claro en un “medio plazo”, según declara el diputado.
“Piolín” se suma así a otra fascista que se ha quitado la máscara: Carolina Bescansa paera mostrar su amor por la España fascista, negra e inquisitorial que padecemos. A Bescansa le pasa como a Errejón: confunde a España con el fascismo, lo cual es normal; son muchos años así.
La diputada afirmó que Podemos es un partido “español” y “estatal”, insistiendo en que “parece que se ha olvidado de contarlo” en la crisis política que padece el Estado fascista. A su juicio, Podemos no ha explicado convenientemente que no apoyará una independencia de Cataluña “ni por la vía unilateral, ni por la bilateral”.
Estos fascistas de Podemos han tomado el relevo de los anteriores, los de Izquierda Undida, como Alberto Garzón, Francisco Frutos, Sartorius… En cuanto el Estado da muestras de que está en apuros, salen en su socorro como buenos perritos falderos que son.