Tras cuatro años de negociaciones en La Habana, Cuba, la dirección de las FARC capituló el año pasado ante los representantes del gobierno de Colombia, en un proceso llamado “de paz” que se ha justificado por la necesidad de poner fin a una guerra que se ha prolongado durante más de 50 años.
Al comienzo de las negociaciones muchos observadores advirtieron que las FARC no llegarían unidas a la rendición. Unos cálculos advertían que el 30 por ciento no se sumaría al proceso, mientras que otros apostaban por un 10 por ciento.
Durante cuatro años no hubo muestras de disidencia, que aparecieron en la recta final, a la hora de firmar el acuerdo. Algunos frentes guerrilleros decidieron no aceptar la claudicación.
Se trata de frentes de las FARC que no aceptaron desmovilizarse –es decir, ir a las zonas veredales, entregar sus armas y hacer la transición hacia la vida legal– como estipula el acuerdo.
La fiscalía colombiana menciona al Frente 1 “Armando Ríos” y al Frente 7 que operan en los departamentos de Meta y Guaviare.
El Frente 1 tiene aproximadamente 450 miembros, dice la fiscalía, entre guerrilleros y milicianos. Por su parte, el Frente 7 se estima que es más reducido, con unos 300 guerrileros en total.
“Ambos frentes representan algo menos del 30 por ciento de los guerrilleros del Bloque Oriental, el más grande las FARC”, añade la fiscalía.
El nuevo comandante de dicha organización es Gentil Duarte, quien en 2013 formó parte de la delegación guerrillera en las negociaciones de La Habana durante varios meses. El secretariado de las FARC lo envió de retorno a Colombia para someter a los disidentes.
Otros disidentes son John 40, Giovanny Chuspas y el conocido como “Julián Chollo”.
Uno de ellos, Euclides Mora, fue asesinado hace pocas semanas.