Los pueblos que combatieron el colonialismo y recuerdan su lucha no pueden sino apoyar la justa causa de los pueblos saharaui y palestino. El 22 de septiembre el Tribunal Africano de Derechos Humanos afirmó que la ocupación marroquí del Sáhara Occidental es una violación del derecho a la autodeterminación y a la independencia, y que todos los Estados tienen la obligación de ayudar a los saharauis en su lucha.
El martes 18 de octubre, el presidente de la República de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, recibió con honores al presidente saharaui Brahim Ghali durante su visita a Pretoria, llegando incluso a disparar un cañón en homenaje a la lucha saharaui. El presidente Ramaphosa reiteró su apoyo al pueblo hermano del Sáhara Occidental, afirmando que “la descolonización del Sáhara Occidental es esencial para lograr un África libre de colonialismo” y que “Sudáfrica mantiene su posición de principio sobre el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, tal y como se consagra en la Carta de la ONU y en el Acta Constitutiva de la Unión Africana”.
Marruecos puso el grito en el cielo y escupió su bilis contra el Jefe del Estado sudafricano. Hasta tienen el descaro de decir que siempre apoyaron a Mandela. El régimen canalla marroquí trató a Túnez de manera mucho más severa cuando el presidente tunecino Kais Saied recibió a Brahim Ghali con honores: retiró a su embajador.
En cuanto a Argelia, recuerda la larga noche colonial de la que pudo salir gracias a una epopeya sin precedentes que inspiró a muchos movimientos de liberación en todo el mundo, y siempre ha estado del lado de los pueblos oprimidos que son el pueblo saharaui y el palestino. El 13 de octubre, en presencia del Presidente de la República, Abdelmadjid Tebboune, y de numerosos diplomáticos acreditados, catorce facciones palestinas se reunieron en Argel por invitación del gobierno argelino y firmaron la “Declaración de Argel”. La reunión condujo a la reconciliación de las facciones palestinas, permitiendo sentar las bases para la construcción de un Estado palestino.
En cuanto al pueblo saharaui, Argelia siempre ha apoyado el principio de autodeterminación del Sáhara Occidental y su independencia, cumpliendo con el centenar de resoluciones de la ONU que exigen el respeto del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, e incluso le dio un lugar donde refugiarse cuando las salvajes hordas marroquíes (25.000 soldados) invadieron su territorio el 31 de octubre de 1975, con total indiferencia por parte de una España que nunca ha dejado de ser franquista.
En febrero de 1976 la aviación militar marroquí bombardeó los campamentos saharauis de Tifarit, Guelta Zemour y Umdrega con napalm y fósforo blanco. El 8 de noviembre de 2010 el ejército marroquí desmanteló el campamento de Gdeim Izik, cerca de El Aaiún, con un saldo de 36 saharauis muertos y otros 163 detenidos, entre ellos defensores de derechos humanos que fueron condenados y sometidos a torturas.
El 7 de junio de 2019 el periodista saharaui Walid El Batal fue detenido, torturado y encarcelado por la policía marroquí. El 8 de febrero del año pasado el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria pidió su inmediata puesta en libertad, al considerar que el tribunal marroquí que lo había condenado no era imparcial. Su caso se remitió al Relator Especial de la ONU sobre la independencia de los jueces y abogados marroquíes.
Hay miles de saharauis que sufren la represión colonial marroquí. Cuando vemos la forma en que la policía marroquí, junto con las españolas, apaleó a los migrantes que intentaron entrar en Melilla el 24 de junio, dejando decenas de muertos que fueron enterrados a escondidas para evitar cualquier investigación embarazosa sobre el número de personas asesinadas, pero también sobre la forma en que murieron, sólo podemos comparar los métodos feudales marroquíes con los de sus amos sionistas, que les enseñaron a masacrar a los civiles con impunidad.
15 migrantes sudaneses que sobrevivieron a aquella paliza fueron condenados a fuertes penas de prisión por los tribunales marroquíes, que emitieron su veredicto en la noche del 12 al 13 de octubre por “entrada ilegal en territorio marroquí” con la intención de ir a Europa, “violencia contra los agentes de la ley” y “negativa a cumplir las órdenes”.
Marruecos no sólo atrae a los migrantes hasta el punto de organizar, a través de las mafias de traficantes de personas e incluso a través de Air Maroc, operadores turísticos de migración para presionar a Europa y obtener subvenciones, sino que luego los golpea hasta la muerte o los encarcela en las infames prisiones del régimen.
La colonización marroquí del Sáhara
Al igual que Israel, Marruecos no reconoce las fronteras existentes y justifica su colonización del Sáhara Occidental con una narrativa que no tiene otro sentido que apropiarse de las riquezas de un territorio que no le pertenece.
Para atraer a la población marroquí a los territorios saharauis, Marruecos no ha escatimado en el desarrollo del territorio desplegando grandes obras de infraestructura. Dado que la energía, el petróleo y el gas son el sustento de la guerra, las importaciones son extremadamente importantes para las principales industrias de Marruecos y su ejército de ocupación.
Las dos principales empresas exportadoras de petróleo en Marruecos son las multinacionales españolas Cepsa y Repsol. El año pasado se desembarcaron casi medio millón de toneladas de productos petrolíferos en los puertos de El Aaiún y Dajla. Los productos petrolíferos son esenciales para que Marruecos mantenga su ocupación del territorio y se utilizan principalmente para alimentar los vehículos, motores y barcos que participan en el saqueo del territorio saharaui, o se utilizan con fines militares por el ejército marroquí.
Los transportes son realizados principalmente por dos empresas navieras: Wisby Tankers, una compañía sueca cuyos buques cisterna tienen bandera noruega, y, la más implicada, la empresa francesa Sogestran, propiedad de la familia Girardet de Le Havre, que ha transportado, en solitario, un tercio del total del petróleo enviado al Sáhara Occidental.
En cuanto al gas, la exportación total al Sáhara Occidental el año pasado ascendió a unas 47.000 toneladas en forma de gas licuado, principalmente de los Países Bajos, que es el proveedor más importante de gas, pero también de Estados Unidos, Francia, Croacia, España, Bélgica, Italia y la República Democrática del Congo. El gas importado se utiliza para apoyar la infraestructura y las industrias de la ocupación del Sáhara. Las principales empresas implicadas en el transporte son BW Epic Kosan, filial de la gigantesca naviera noruega BW Group, Wisdom Marine Group, empresa taiwanesa, y Stealth Corp, naviera griega.
El cemento también es crucial para la construcción, ya sea para uso gubernamental, militar o civil, y en El Aaiún hay tres fábricas de cemento. La empresa alemana HeidelbergCement -el mayor productor de cemento de Alemania, que figura como el segundo grupo cementero (200 millones de toneladas/año) después de LafargeHolcim (340 millones de toneladas/año)- controla las empresas CIMAR (Ciments du Maroc) y CIMSUD (filial del grupo Anouar Invest). Esta última unidad tiene una capacidad de producción de 500.000 toneladas al año y fue construida por otra empresa alemana, ThyssenKrupp. La multinacional franco-suiza LafargeHolcim también tiene una unidad de molienda de 200.000 toneladas al año. La mezcla utilizada para toda la industria procede de Portugal.
El saqueo de las riquezas
La electricidad es un elemento esencial en la economía colonial. Marruecos, que se presenta internacionalmente como un campeón en energías renovables, está instalando un gran proyecto energético en las tierras ocupadas del Sáhara Occidental. Y es Nareva, la empresa de energía eólica del holding SNI, propiedad de la familia real marroquí, la que posee los grandes parques eólicos. Toda esta energía es utilizada por industrias que saquean los recursos no renovables del territorio saharaui y ofrecen oportunidades de empleo que atraen a más colonos de Marruecos.
La electricidad producida también se exporta al extranjero, especialmente a la Unión Europea. En la construcción de parques eólicos participan varias empresas extranjeras, entre las que destacan GE Renewable Energy, filial de la estadounidense General Electric, así como la británica Windhoist, la italiana Enel y la germano-española Siemens Gamesa.
Esos parques eólicos están gestionados por EEM (Energía Eólica de Marruecos), una filial de Nareva. Entre ellos se encuentran Tarfaya, con una capacidad instalada de 300 MW, y Aftissat, situado a 50 km al sur de la ciudad de Bojador, con una capacidad instalada de 200 MW, y Foum El Oued, uno de los primeros parques eólicos puestos en marcha por Nareva cerca de El Aaiún con 50,6 MW de capacidad instalada.
Marruecos también cuenta con el potencial solar del Sáhara Occidental. Están en funcionamiento dos plantas solares fotovoltaicas con una capacidad combinada de 100 MW. Los 80 MW de El Aiún y los 20 MW de Boujdour se desarrollaron en el marco del proyecto NOOR PV I, realizado por un consorcio dirigido por ACWA Power (Arabia Saudí), en asociación con Shapoorji Palloni (India), Chint Group (China), Sterling & Wilson (India) y Astroenergy (filial de Chint Group). Las plantas de energía solar en el Sáhara incluyen Noor en El Aiún y Bojador (100 MW fotovoltaicos).
Dajla es el principal proveedor de productos del mar a nivel nacional e incluso a varios mercados extranjeros, incluida la Unión Europea. El régimen marroquí ha intensificado la agricultura convocando concursos para atraer a nuevos colonos que cultiven las tierras saharauis. Enormes cantidades de productos de la pesca se transportan en camiones cuya propiedad se oculta cuidadosamente en los viajes de ida y vuelta entre los puertos de Dajla y El Aiún y los puertos de Marruecos y Mauritania. Flotas enteras se utilizan para exportar fosfatos, arena, tierras raras, harina y aceite de pescado, así como pescado congelado, productos agrícolas, etc.
La empresa francesa CMA CGM, especializada en el transporte marítimo en contenedores, con sede en Marsella, presta servicio en Dajla y permite la exportación de pescado congelado a Europa. Las aerolíneas que sirven principalmente a Dajla y, en menor medida, a El Aiún son Royal Air Maroc, Binter Canarias, Transavia y Air Arabia Maroc. Alcatel Submarine Networks, filial francesa de Nokia, tendió cables de telecomunicaciones desde Dajla y los estudios preliminares para explorar el fondo marino fueron realizados por la empresa holandesa Fugro.
Dajla es también un lugar turístico favorito para los amantes de los deportes acuáticos, y un centro turístico donde se organizan festivales. En ese lugar Marruecos trata de fomentar el asentamiento de colonos europeos ofreciendo alojamiento en casas de huéspedes, alquileres de Airbnb y hoteles.
Los puertos de El Aiún y Dajla están gestionados por la Sociedad de Explotación de Puertos (Marsa), que pertenece en un 60 por cien al gobierno marroquí y cotiza en la Bolsa de Casablanca.
Marruecos planea grandes desarrollos en los territorios ocupados para 2030, en particular en el puerto de Dajla, donde se va a llevar a cabo un megaproyecto de desarrollo para afianzar el desarrollo económico e industrial de la región en todos los sectores productivos, es decir, la pesca, la agricultura, la minería, la energía, el turismo, el comercio, la industria manufacturera, etc., y, por supuesto, para reforzar la colonización del Sáhara.
Mohsen Abdelmoumen http://mohsenabdelmoumen.over-blog.com/2022/10/main-basse-sur-les-richesses-du-peuple-sahraoui-par-le-makhzen-marocain.html