Eso significa que mientras las fuerzas de autodefensa en la autoproclamada República de Donetsk retiran el armamento con un calibre menor a 100 milímetros a tres kilómetros de la línea de combate, Kiev recibe a los efectivos de la organización militar.
Durante las maniobras, que se prolongarán hasta el 31 de julio, está previsto practicar la evacuación de heridos, identificar dispositivos explosivos improvisados y reaccionar a una emboscada.
Además de soldados de EEUU participan efectivos de naciones como Bulgaria, Reino Unido, Lituania, Polonia y Rumanía.
El jefe del centro mediático regional del Ministerio de Defensa ucraniano, Alexandr Poroniuk, expresó que los ejercicios se elaboraron basándose en los acontecimientos que se desarrollan en el mundo y especialmente en el este de Ucrania.
Las maniobras amenazan la paz de Ucrania, considera Rusia Para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, los juegos de guerra en el occidente ucraniano, con prácticas para coordinar acciones conjuntas, en nada contribuyen a garantizar una salida pacífica al diferendo en el sureste del país.
El repliegue unilateral de fuerzas por parte de los grupos de autodefensa en Donetsk tuvieron en Kiev como respuesta denuncias de una simulación de repliegue y amenazas de más acciones bélicas en la región hullera del Donbass.
Para Rusia, a pesar de las grandilocuentes declaraciones del bloque (noratlántico) de que hay que respetar los acuerdos de Minsk y el alto el fuego, la OTAN no sólo no reconoce lo erróneo y las posibles consecuencias irreparables de ese tipo de ejercicios, sino que ahora aumentó la magnitud y el número de participantes respecto de años pasados.
Según la Cancillería de la nación euroasiática, la OTAN debería ser consciente de que esas acciones ponen en entredicho el arreglo político de la profunda crisis interna en Ucrania.
El presidente de Ucrania, el oligarca Petro Poroshenko, presentó este lunes 20 de julio las “condiciones inapelables” para poner en marcha un proyecto de ley que, según él, daría un estatus especial a las Repúblicas Independientes de Donetsk y Lugansk. El mandatario, que no goza del mayor respaldo de los ucranianos, insistió en que los grupos de autodefensa de la población sublevada en el sureste deben desarmarse para garantizar mejores condiciones para la población.
Desde el inicio del conflicto en el este de Ucrania en el primer semestre de 2014, cuando Donetsk y Lugansk se autoproclamaron independientes, la ofensiva lanzada por Kiev contra los separatistas ha provocado la muerte de cerca de 6.500 personas y ha dejado heridas a más de 15.000.